Opciones participativas y gobernabilidad democrática
Abstract
Entre la segunda mitad de la década de los setenta y durante la década de los ochenta, en Venezuela surgen novedosas opciones legislativas para la participación. Así tenemos la leyes orgánicas: del ambiente (1976); de régimen municipal (1978); para la ordenación del territorio (1983); de ordenación urbanística (1987); y del sistema nacional de salud (1987). La primera contiene una referencia general y declarativa, las otras contienen propuestas concretas, incluidos mecanismos e instrumentos específicos de participación ciudadana en el ámbito respectivo. Pero es a partir de 1989 que el tema de la participación trasciende a lo político. Es así como se reforma la Ley Orgánica de Régimen Municipal, incorporándose la figura del referéndum, tanto consultivo como revocatorio, el primero para consulta de ordenanzas u otros asuntos de interés colectivo local, y el segundo para revocar el mandato del Alcalde, luego de la improbación de su memoria con mayoría calificada. Y es también el caso de la última reforma en materia electoral que significó el cambio de nombre por el de Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política, incorporando el referéndum de consulta sobre decisiones de especial trascendencia nacional. Así, la participación en poco tiempo trasciende de instrumento para estimular y facilitar el acercamiento del ciudadano al Estado, mayor acceso o influencia en la toma de decisiones, para consolidar y desarrollar el sistema democrático, y darle una mayor legitimidad ante la crisis de representación; y se convierte, ahora, en una cuestión de gobernabilidad, reforzar el sistema democrático para darle bases sólidas de estabilidad, superando las deficiencias de la representación, y controlando la representación, sin dejar de ser un sistema representativo.