Evaluación de los servicios públicos con equidad de género
Fecha
2002-10Autor
Jarquín Ramos, María José
Herrera Vallejos, María del Socorro
Gutiérrez Rodríguez, Ligia
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
Este documento pretende esbozar, de manera breve y sencilla, la experiencia de Nicaragua en la incorporación del Enfoque de Género en el Programa de Reforma y Modernización del Sector Público Nicaragüense. En Nicaragua, la reforma se produjo en un contexto de transición política, en un proceso de democratización que condujo al establecimiento de un nuevo modelo político económico. En los primeros años de la década de los 90, las reformas se concentraron en un programa de ajuste estructural y estabilización macroeconómica, donde se desarrollaron procesos de reformas sectoriales orientadas a reducir el aparato estatal y a la vez superar los sistemas ineficientes con que operaba la administración pública. A partir de 1997, el Gobierno de Nicaragua decidió iniciar acciones concretas de evaluación de servicios públicos, con enfoque de género, en el marco de los esfuerzos de fortalecimiento institucional del Programa de Reforma y Modernización del Sector Público por mejorar la capacidad gubernamental para proveer servicios de calidad. La búsqueda de procesos de entrega de servicios más eficientes, equitativos, efectivos y transparentes ha requerido, inevitablemente, de instrumentos que permitan contar con una base de análisis para la definición de estrategias y acciones especificas de reforma y modernización y con una base de referencia para determinar el impacto de estas en la entrega de servicios, pertinentes, de calidad. El instrumento empleado en el Programa de Reforma y Modernización del Sector Público ha sido el Sistema de Evaluación de Servicios (SES), el cual ha incorporado el enfoque de género como una herramienta analítica para poder identificar los sesgos producidos por nuestros esquemas o preconceptos socio-culturales en relación a lo femenino y lo masculino. El enfoque de género fue concebido como una variable de análisis fundamental para el diseño de medidas de mayor impacto sobre la ciudadanía usuaria del servicio; heterogénea y con expectativas, necesidades y demandas en clara dependencia de sus características y condiciones particulares, incluyendo las diferencias de género. La experiencia del SES nos demuestra que el no considerar estas diferencias puede limitar significativamente la efectividad de medidas de mejoramiento de los servicios públicos, limitando la calidad de las decisiones públicas y el impacto de políticas y programas. Nuestro reto en este documento es demostrarles tal afirmación, ilustrado con ejemplos producto de diferentes índole cuyo resultado demuestra que en cada uno de ellos es importante hacer la diferenciación.