Construyendo la nueva salud pública
Abstract
Se examinan los principales retos que confronta la Reforma Sectorial en Salud en América Latina. Se plantea la necesidad de construir una nueva ética de la salud y de la vida, basada en la concepción de la salud como prioridad política y social. Se proponen nuevos modelos de atención, gestión y financiamiento de la salud, sustentados en los principios de solidaridad y equidad. La minimización de las acciones estatales en salud fue propuesta por la "nueva derecha" a partir de los años ochenta, desde una visión economicista de la salud, donde las prioridades no se establecen sobre la base de la necesidades de la mayoría de la población. Pero la ganancia en eficiencia ha sido más que compensada por el aumento de las inequidades en la calidad y acceso a la atención, al tiempo que se profundizó la separación entre lo público y lo privado. Por el contrario, la salud pública, entendida en una dimensión colectiva, como el conjunto de realidades y alternativas que hacen posible la vida con dignidad y bienestar, es un problema político y social. Es político en el sentido del ejercicio del poder, pero que requiere de una articulación social para lograr avanzar en acciones dirigidas a preservar la vida y a oponerse a los obstáculos que la imposibilitan. La salud debe ser vista como derecho, como responsabilidad del Estado y como componente fundamental de la ciudadanía. Las reformas en el sector salud confrontan una serie de problemas que es preciso identificar para poder enfocarlos adecuadamente. Entre éstos cabe señalar los vinculados a la cobertura, al financiamiento del sector, a la relación entre lo público y lo privado. Uno de los desafíos más relevantes en el curso del proceso de reformas es establecer mecanismos sociales para el control público de los servicios suministrados por el sector privado, al tiempo que se fortalece la inversión pública en salud, asumiendo el Estado su responsabilidad como garante de lo público en Salud. El desafío esencial en el plano de las reformas en salud en los países latinoamericanos es el de la equidad. Es preciso modificar el paradigma cultural de la salud de los años ochenta y crear una nueva hegemonía cultural, una nueva ética de la salud y de la vida. En esta nueva cultura, los componentes esenciales de la promoción de la salud se constituyen en ideas fuerza. La posibilidad de avanzar en esta construcción pasa por el logro de acuerdos en torno a estrategias prioritarias. La acción no puede quedar como una labor exclusivamente administrativa, sino que debe desenvolverse con una nueva concepción de lo público, un nuevo escenario de la política, donde estén presentes la comunidad, la institucionalidad y el Estado. La reorganización de las instituciones de salud, del mejoramiento de la calidad de los servicios y la democratización del sector, exigen el desarrollo de los recursos humanos. Los escenarios de Salud Pública ya no serán de competencia exclusiva de los centros ambulatorios y hospitalarios, sino de una acción transformadora de la relaciones de recursos y saberes en los espacios concretos de la vida ciudadana. C.S.