Globalización y pobreza - gobierno progresista y la nueva sociedad de la información
Resumo
Estamos presenciando la formación de una nueva arquitectura tecnológica, económica, política, cultural, organizativa y de gestión del interés colectivo. Ocurre un proceso de reestructuración global del modelo de desarrollo dominante, basado en la formación de redes de la información y del conocimiento. En este proceso, Internet no es simplemente una tecnología sino también una nueva forma de organización de la nueva economía y de la nueva sociedad, en un contexto de desconstrucción y reconstrucción incesante. Esta nueva sociedad es una sociedad de personas y de redes entre personas, en la cual se están disolviendo las instituciones sociales tradicionales. En el nuevo modelo de desarrollo basado en el conocimiento y la información hay tendencias positivas, como la ascensión de la democracia; el incremento en la productividad; la expansión del conocimiento humano; los movimientos de protección al medio ambiente, la mujer y los niños; y la inclusión de personas y regiones en mejores condiciones de vida. Por otro lado, hay una relación perversa entre el nuevo capitalismo informacional y el incremento en la desigualdad, polarización y exclusión social. Así, este nuevo modelo se caracteriza por el desarrollo y subdesarrollo simultáneos, con procesos de inclusión y exclusión social al mismo tiempo. Para combatir la desigualdad y la exclusión social es necesaria la acción de los Estados nacionales, con la colaboración de liderazgos y organismos internacionales con una mayor legitimidad y una representación más equilibrada de las naciones y los ciudadanos del mundo. Hay diferencias en las propuestas del G-8 en relación con el Grupo de Gobiernos Progresistas, pero también hay similitudes, como la democratización del acceso a Internet (propuesto inicialmente por Naciones Unidas). Por otra parte, se ha señalado que sería posible financiar la protección social a través del extraordinario incremento en la productividad que ocurre con el avance de la sociedad de la información; así se podría reflotar un nuevo Estado del bienestar. Pero ésta no es una tendencia natural; hay que construir este proceso. La democratización del acceso a Internet en los países menos desarrollados como estrategia de combate a la pobreza puede ayudar en el proceso, pero es probable que no sea una solución en sí misma, pues la pobreza no es un fenómeno social dependiente exclusivamente de la tecnología. La acción del Estado como negociador en este proceso de avance de la red es fundamental. Como articulador de la comunidad, de los sectores empresarial, académico y político, de organizaciones no gubernamentales, entre otros, ampliando la participación de actores en la creación de consensos y defendiendo los intereses de su población. Es un momento de renovación, con la creación de nuevos paradigmas y una transformación social acelerada. Los nuevos desafíos de la sociedad y del Estado son combatir la exclusión social y cibernética; aprovechar el avance tecnológico y el momento político para enfrentar las desigualdades sociales; abrir las puertas a la nueva economía y al mismo tiempo reforzar la protección social, la solidaridad, la participación y la democracia.