La participación de los ciudadanos en la toma de decisiones: la iniciativa ciudadana en la Unión Europea
Resumo
Desde que se iniciaron los primeros pasos con las comunidades europeas, una crítica ha permanecido prácticamente inmutable en el tiempo: el llamado déficit democrático de la Unión Europea. Bajo este concepto, se entiende que las instituciones, órganos y organismos de la Unión Europea adolecen de una falta de legitimidad democrática. En este mismo sentido, los ciudadanos europeos han venido demandando una administración pública europea más accesible. Es por ello, que en las sucesivas reformas de los tratados, el Parlamento Europeo ha ido adquiriendo más poder, en detrimento del Consejo, y ejerciendo un papel más decisivo en el proceso legislativo a nivel comunitario. Como consecuencia de esta evolución, y desde que entró en vigor el Tratado de Lisboa, el Parlamento Europeo actualmente ejerce de colegislador junto con el Consejo; mientras que hasta ese momento, solamente disponía de funciones consultivas y de control político. En este mismo orden de cosas, la iniciativa ciudadana europea ha supuesto una clara muestra de voluntad por parte de las instituciones europeas, de conseguir una administración europea participativa. Tanto es así, que mediante esta medida, los ciudadanos europeos pueden instar a la Comisión Europea para que inicie el procedimiento legislativo ordinario. No obstante, entendemos que este mecanismo es manifiestamente mejorable, y por ello, susceptible de ser reformado, en aras de una mayor influencia ciudadana a la hora de tomar decisiones en el seno de la Unión Europea.