Capacidad financiera propia para un desarrollo municipal sustentable
Abstract
Un sistema de gobierno federal en el que se asumen responsabilidades ejecutivas y que gozan de cierta autonomía para la toma de decisiones requiere de instrumentos financieros que hagan posible u n buen desempeño público. Si un gobierno no puede decidir cuáles serán sus ingresos, tendrá fuertes limitaciones para hacer su plan de gobierno, tomar las decisiones de gastos y ajustar la asignación pública a las demandas de los ciudadanos. Piffano (1989) ha formulado un diagnóstico político del fuerte centralismo tributario en Argentina, en el que un aparente mayos federalismo derivado de la descentralización de servicios, en alguna medida compensado por el aumento de la participación de las Provincias en la distribución primaria, en rigor ha conducido a un esquema federal de fuerte injerencia del gobierno central, quién ha derivado en las jurisdicciones provinciales la responsabilidad de la prestación de servicios sin avanzar en la descentralización de los recursos tributarios, provocando un debilitamiento del principio de imputabilidad, a la vez de generar un comportamiento corporativo y de actividad de lobby de los representantes provinciales en el gobierno nacional. La fuerte asimetría en materia de descentralización del gasto (en el nivel provincial) y de centralización tributaria (en el nivel nacional), las transferencia verticales y las de nivelación entre gobierno que este modelo requiere, plantean un desafío enorme. Replantear las relaciones que deben regir las posiciones de los diferentes niveles de gobierno en el conjunto del ordenamiento del Estado debe guiar al diseño de un acuerdo institucional de coordinación fiscal y financiera intergubernamental que tome seriamente en cuenta los principios de proximidad, subsidiariedad, eficacia y eficiencia, entre otros.