Resolviendo problemas sociales complejos mediante la integración de políticas: el caso de la Cruzada Nacional contra el Hambre en México

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Data
2015-10Autor
Cejudo Ramírez, Guillermo Miguel
Michel, Cynthia L.
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Mostrar registro completoResumo
En los últimos años ha surgido una preocupación práctica (que a su vez ha detonado una discusión teórica) sobre la fragmentación de la acción gubernamental, la incapacidad del Gobierno para atender de forma integral problemas públicos o la creciente complejidad de los problemas que hace difícil que sean resueltos por una sola agencia pública. ¿Cómo resolver un problema complejo con intervenciones del Gobierno fragmentadas? Diferentes gobiernos han tratado de resolverlo con estrategias de coordinación que pretenden ser integrales. En México, el Gobierno federal recientemente diseñó la Cruzada Nacional contra el Hambre, una estrategia para combatir la pobreza extrema alimentaria de la población que habita en los municipios más pobres del país. Es una respuesta a una política social que se ha vuelto más compleja, que está compuesta por múltiples programas, cada uno con propósitos y poblaciones objetivo distintos. Es una estrategia que no implica recursos adicionales, nuevas estructuras administrativas ni nuevos programas; el logro de sus objetivos supone la coordinación entre los programas sociales del Gobierno federal y entre las agencias federales, estatales y municipales. En este artículo se argumenta que el problema de la fragmentación de la política social en México es resultado de la falta de coherencia entre programas sociales cada vez más numerosos, así como de la inexistencia de instrumentos de gestión para tomar decisiones desde una lógica integral. Se evidencia que la CNCH intenta resolver este problema desde tres distintas dimensiones: la coherencia entre programas, la coordinación entre estructuras de decisión y procesos administrativo y la integración de la acción gubernamental. Tras una breve discusión teórica, se muestra que la lógica del diseño de la Cruzada atiende la fragmentación de la acción gubernamental. Sin embargo, no logra contrarrestar el efecto desarticulador de reglas y rutinas de operación que orientan la acción de los funcionarios hacia los objetivos particulares.