La democratización de la administración: marco conceptual
Resumen
La tardía llegada de una democracia estable y con instituciones consensuadas a una gran parte de los países iberoamericanos del siglo XX, tras un largo periodo de autoritarismo político y deterioro del compromiso cívico, hizo creer a la gran mayoría de ciudadanas/os que dicha forma de gobierno representaba el fin de un largo proceso de recuperación de las libertades y la autonomía política. Dada la posibilidad de votar, se pensaba, todo está ya resuelto. Sin embargo, hoy, ya en un nuevo siglo, debemos ser conscientes de que la llegada de la democracia es el comienzo de un camino, no el fin del mismo. La democracia es un viaje inacabado, decía Dunn, y, por ello, la construcción de calidad democrática exige un constante esfuerzo. En la construcción de calidad democrática la Administración pública no puede quedar al margen. De hecho, una gran parte de los avances democráticos de los últimos decenios han tenido como protagonista a la Administración, la cual ha ofertado vías de participación a la ciudadanía para exponer opiniones, emitir quejas, formular proyectos normativos e, incluso, gestionar directamente presupuestos y servicios. En torno al asunto del impacto de la democracia en la Administración se pueden seleccionar cuatro grandes vetas de análisis: 1. Grado de transparencia y apertura; 2. Grado de rendición de cuentas y responsabilidad; 3. Grado de participación admitida; 4. Nivel de desarrollo de los marcos de integridad internos. En esta ponencia se revisarán dichas vetas y se identificarán los avances y lagunas existentes en la Administración General del Estado española. Para ello, se expondrán los resultados de una encuesta a expertos, siguiendo la metodología Delphi. Todo ello con el objetivo de insistir en que la Administración pública puede ser un excelente laboratorio de innovación democrática y que la necesaria objetividad e imparcialidad puede ser compatible con estas nuevas demandas y tendencias, siempre que se tenga una visión holística de los procesos de cambio y se consideren de forma equilibrada los distintos valores en tensión. Los resultados de la encuesta nos indican que en España queda un largo camino por recorrer en la mejora de la transparencia, la rendición de cuentas, la participación y la construcción de marcos de integridad. Un noble reto para cualquier gobierno.