Compromisos de calidad con la ciudadanía en el acceso al empleo público: las cartas de servicios
Abstract
¿Deben adquirirse compromisos de calidad con los ciudadanos y ciudadanas que desean acceder a un empleo público? ¿Responden éstos a la tutela de un derecho por parte de los poderes públicos? ¿Es esto útil para la organización? Tal y como se ha intentado exponer en este documento, las sociedades democráticas modernas deben superar el concepto de demandante de empleo para referirse a los ciudadanos y ciudadanas que desean acceder a un puesto o función pública y empezar a considerar dicha voluntad como la manifestación individual de un derecho, el derecho a participar en los asuntos públicos como parte intrínseca de su ciudadanía. Pero, además, el ejercicio de dicho derecho debe de ser tutelado activamente por parte de las Administraciones Públicas. Esta tutela, no obstante, no puede limitarse a garantizar que el ejercicio de dicho derecho se desarrolle en condiciones de igualdad o que responda a principios de mérito o capacidad, sino que debe ir más allá incorporando mecanismos de calidad que aumenten la satisfacción de quienes lo ejerciten. Esto, además de mejorar la relación administración-ciudadano, debe permitir que las personas que en el futuro se incorporen a la organización interioricen desde sus primeros contactos con la misma que el deber de atención a la ciudadanía debe ser parte esencial de su trabajo y que el acceso a la organización es un derecho universal de la ciudadanía que debe ser garantizado. Como dice el cantante uruguayo Jorge Drextler "todo el mundo da lo que recibe". Esto debe permitir que aumente el valor de lo público, dentro de la propia organización y en general para el conjunto de la ciudadanía, y que las personas-ciudadanas-empleadas públicas transmitan dentro y fuera de la propia organización que la Administración del futuro sirve al pueblo del que extrae su legitimidad. Superados los sistemas de evaluación de calidad heredados de la empresa privada, debe considerarse una alternativa muy interesante, de fácil aplicabilidad y control, la creación de cartas de derechos o de servicios como catálogos de servicios y de compromisos de calidad sobre la prestación de los mismos, medibles y evaluables. Sin lugar a duda dichos mecanismo de calidad, u otros cualesquiera, deben de aplicarse a quienes desean acceder a un empleo o función pública. Esto redundará en una administración más democrática y eficaz.