Capacidades institucionales y liderazgo para políticas de equidad de género en América Latina: los mecanismos para el avance de la mujer
Resumo
En América Latina se ha abierto en los últimos años, aunque aún de una manera incipiente, un debate técnico-político acerca de la orientación que deberían adoptar las reformas en la administración pública para asegurar el objetivo de transversalizar una perspectiva de género en el Estado, particularmente en la formulación de políticas para una mayor equidad entre hombres y mujeres. Los Mecanismos Nacionales para el Adelanto de la Mujer (MAM), que adquieren según los países y las administraciones distintos formatos, han asumido el liderazgo en esta tarea, no sin grandes obstáculos atribuibles a las resistencias de carácter ideológico/político que la igualdad de género y la autonomía de las mujeres genera en muchos actores institucionales, y a las actuales limitaciones e inercias de la propia gestión pública. A esto se suma el hecho que los efectos de los cambios de gobierno sobre la estabilidad institucional y la continuidad de la misión y de las agendas de los mecanismos de género es mucho mayor que en el caso de otras entidades del poder ejecutivo debido a la reciente institucionalización de las problemática de la desigualdad de género como objeto de política pública y por ello mismo, el carácter innovador de su agenda y de las propuestas que de ella se derivan, así como de los cambios organizacionales que demanda. En la presente ponencia se abordan estas problemáticas a partir de la trayectoria seguida en los últimos años por los MAM de América Latina, haciendo énfasis en la demanda del desarrollo de capacidades institucionales en las distintas entidades sectoriales del Estado y la necesidad del fortalecimiento del liderazgo de las Oficinas de la Mujer. Se concluye que, como toda política de institucionalización del cambio y la innovación, las políticas de género requieren de un seguimiento exhaustivo para identificar los nudos de problemas, los ajustes remediales, y la evaluación y medición de impactos a través de indicadores, todo lo que expresa un proceso de construcción no solo de dispositivos de intervención organizacional, de carácter administrativo, sino además de un verdadero cambio cultural que exprese todos los contenidos simbólicos de una gestión que, tanto en las Oficinas de la Mujer como en el resto del aparato gubernamental, sincronice modernización y modernidad del Estado.