El concepto de calidad total y su relación con la función gubernativa del Parlamento

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Data
2008-11Autor
Pérez Bourbon, Héctor
Rona, Nicolás Francisco
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Existe una fuerte tendencia de identificar a la Administración Publica, al Gobierno, con el Poder Ejecutivo. Entendemos que ello no es así. El Gobierno -en el esquema de Montesquieu, al que adherimos la mayoría de los países- consta de tres órganos: un Poder Legislativo, un Poder Ejecutivo y un Poder Judicial. Estos tres órganos, aunque cada uno tiene sus propias funciones, interactúan permanentemente entre sí. No son, en rigor, independientes como suele decirse sino interdependientes. Las actuales tendencias acerca de gestión de la calidad, por otra parte, tienen como uno de sus principales ejes rectores el concepto de "Calidad Total" entendido como la necesidad de que para que una organización realmente pueda inscribirse en los modernos esquemas de gestión de la calidad ésta debe ser considerada como un halo que envuelve a la totalidad de la organización. Estas dos ideas confluyen en lo que pretendemos mostrar en este trabajo: por un lado que no es posible lograr una verdadera gestión que pueda calificarse como una gestión gubernativa de calidad si no se atiende a los tres órganos que conforman ese gobierno, es decir, el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial; y por otro lado mostrar cuáles son algunos de los inconvenientes con que se tropieza para aplicar criterios, conceptos y herramientas de gestión de la calidad en organizaciones tan peculiares como son los cuerpos legislativos. Hay dos errores que no deben cometerse: uno es pensar que las reglas, criterios, concepto y herramientas de la calidad no son aplicables a los cuerpos legislativos; el otro es pretender forzar sistemas de gestión de la calidad desatendiendo las características propias de ese tipo de organizaciones. Es posible instrumentar sistemas de gestión de la calidad y principios de la calidad total en un cuerpo parlamentario, pero debe atenderse a las peculiaridades de su organización, de sus procedimientos y de sus productos. Algunas de las peculiaridades que se analizan son: el tamaño y la alta rotación del cuerpo legislativo que constituye la máxima autoridad y, a su vez, el operario final de la organización; la particular relación proveedor - cliente, rígida e inmodificable; las características del proceso legislativo que en el que cada paso no implica una acumulación de valor sobre un proceso previo sino la destrucción de lo anterior y su reemplazo por un nuevo producto; las particularidades del producto final, la ley, que encierra, inescindiblemente, un contenido preceptivo y un continente textual y en el que la calidad de uno de sus componentes es independiente de la calidad del otro; el modo de tomar decisiones en los cuerpos parlamentarios que es exclusivamente el acuerdo; las características de la deliberación que lleva a ese acuerdo. Puede resultar conveniente elaborar un modelo de gestión de excelencia para los órganos legislativos o una guía de interpretación de un modelo de gestión de excelencia como el del Premio Iberoamericano a la Calidad o el Premio Nacional a la Calidad del Sector Público.