El departamento en el proceso de descentralización colombiano

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Data
2005-10Autor
Porras Vallejo, Oswaldo Aharon
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Mostrar registro completoResumo
Los departamentos en Colombia han sido el resultado de un proceso histórico de más cien años que se inicia en el siglo XIX y se consolida a partir de la Constitución de 1886, bajo la conformación de república unitaria. Posteriormente la Constitución de 1991 al profundizar la descentralización le otorga autonomía para la gestión de sus propios asuntos, dentro de los límites señalados por la Constitución y la ley. Esta evolución histórica ha estado acompañada de grandes disparidades en aspectos sociales, fiscales y de competitividad generando una gran heterogeneidad departamental. En este contexto el balance del papel del departamento arroja resultados positivos en los últimos cinco años en prestación de los servicios sociales a su cargo, en la promoción del desarrollo y en una notable recuperación de la estabilidad fiscal, sin embargo su papel articulador entre Nación y municipios no ha sido eficiente, en parte por las debilidades técnicas y financieras de algunos de ellos y por la falta de reconocimiento en la legislación de la heterogeneidad entre departamentos. Estas debilidades han generado iniciativas orientadas a sustituir a los departamentos por la región como nivel intermedio, sin embargo más que supresión de los departamentos lo que se requiere es un modelo de organización territorial flexible en el que el departamento cuente con los instrumentos necesarios para su modernización y fortalecimiento. En este sentido, el fortalecimiento y modernización del nivel departamental hace parte de la agenda de la política de descentralización, orientada a contar con una Ley de Ordenamiento Territorial que facilite los procesos de organización territorial; una adecuada distribución y delegación de competencias a los departamentos en aquellos sectores en los cuales se presentan ventajas comparativas para ser atendidas por este nivel; un fortalecimiento de la capacidad tributaria y el apoyo a las iniciativas de desarrollo mediante la concertación y aplicación de la agenda interna de competitividad y productividad.