Políticas de regulación y promoción de la competencia
Resumen
Se examinan diversos aspectos de las políticas de regulación y promoción de la competencia. Se define el concepto y los tipos de regulación, los objetivos y la evolución de la actividad regulatoria. Se comentan los monopolios naturales y las fallas del mercado, se considera la regulación social y la desregulación, se describen los instrumentos regulatorios y se discuten las modalidades de evaluación. El sector público tiene un papel que desempeñar en la supervisión del sistema regulatorio, pero ésta es una función entre otras, por lo cual es inexacto afirmar la existencia de un "Estado regulador". La regulación es un ejercicio normativo ejercido por el sector público respecto de una actividad productiva, referido a la actitud de los participantes en un sector industrial. Mediante la regulación se busca normar las imperfecciones del mercado o suplir sus insuficiencias. La regulación no es un sustituto perfecto de una correcta estructura de la respectiva industria, por lo que donde haya lugar para la competencia, ésta es preferible a la regulación. Las políticas regulatorias son multidimensionales, pudiendo abarcar aspectos de la conducta económica de una empresa, tales como precios, entrada y salida al sector, entre otros, así como de la conducta social, que incluyen salud y seguridad en el trabajo, externalidades de ruido y contaminación de la línea de producción, y veracidad de la información sobre sus propios productos, y medidas orientadas a la protección de los consumidores, antidiscriminatorias y que garanticen los derechos de la ciudadanía. La regulación económica puede tener varios objetivos no siempre coincidentes, de los cuales el más importante es la promoción de la competencia., entendida como un fin en sí misma y para promover la eficiencia individual y agregada. Al no existir condiciones competitivas se crea un potencial de abuso de la posición monopólica, que puede afectar la eficiencia en la asignación de recursos, la competitividad de las industrias y el bienestar de los consumidores, lo que justifica la actividad reguladora. La regulación ha experimentado importantes modificaciones en América Latina, vinculadas con los cambios ocurridos en la propiedad de empresas y servicios. Otra de las fallas de mercado que exigen la intervención regulatoria es la de un mercado competitivo que no produce soluciones de eficiencia óptima por razones distintas a las económicas. Sin embargo, no todas las fallas de mercado pueden superarse mediante reformas en la estructura de la industria o en la leyes de competencia, de allí que siga siendo importante una intervención reguladora que proteja el bienestar de los consumidores. La experiencia muestra que también existen fallas de la regulación y no sólo del mercado, ya que las intervenciones que buscan corregir esas fallas pueden tener efectos contrarios a los esperados. La desregulación es una opción que incluye tanto la supresión de regulaciones existentes como su reemplazo por normas más simples y eficaces. En todo caso, es preciso evaluar en forma oportuna y adecuada los resultados de la regulación y de la desregulación. C.S.