La reforma del Estado en Argentina : primera etapa 1989-1991, segunda etapa 1996-
Resumen
Se examina la reforma del Estado en Argentina, distinguiendo dos fases sucesivas en este proceso, y haciendo referencia al nuevo rol que debe desempeñar el Estado. Se comentan los objetivos de la primera fase, caracterizada por la reestructuración del Estado, las leyes y medidas adoptadas y los resultados obtenidos. Se define la segunda fase como de modernización del Estado y se discute el curso de la misma. La reforma del Estado es un proceso integral, cuyo éxito depende de la definición de un proyecto político y de la implementación de reformas estructurales. El Estado debe asumir un nuevo rol, bajo criterios de planificación y gerenciamiento que impliquen una intervención decreciente. Esta intervención estatal supone una previa adecuación a las nuevas condiciones de desarrollo de los mercados, para atenuar costos sociales y desajustes bruscos que suelen suceder durante los períodos de transición económica. Los criterios centrales en los que debe basarse un programa de reformas estructurales son los siguientes: privatización de empresas públicas, reorganización de los aparatos del Estado, dimensionamiento adecuado de los recursos humanos, desburocratización de procedimientos, y desregulación de los mercados. La primera fase de la reforma del Estado se inició en Argentina a fines de 1989, extendiéndose hasta mediados de 1991, y tuvo como resultado una redefinición drástica del rol del Estado en el marco de una nueva política económica. En esta fase se distinguen tres etapas, caracterizadas sucesivamente por la lucha contra la inflación, el programa de privatizaciones, y la estabilización monetaria y financiera. A pesar de los significativos avances alcanzados en algunos aspectos, una lectura crítica del proceso permite afirmar que aún queda mucho por hacer. Es necesario profundizar en las desregulaciones, así como corregir los desvíos y adoptar nuevos esquemas que sustituyan a aquellos que han demostrado ser ineficaces a la luz de la experiencia de la primera etapa. Igualmente, entre otras tareas impostergables, es imprescindible que el Estado se torne eficaz en cuestiones de carácter social, que tienen que ver con la igualdad de oportunidades y con el bienestar de los ciudadanos. La segunda fase del proceso de reforma del Estado se inicia en 1966, tiene como objetivo culminar con las privatizaciones, las desregulaciones, las fusiones de organismos y corregir las distorsiones producidas desde 1992. Además, conforma el reinicio de un profundo proceso de transformación del Estado. En una primera etapa de la segunda fase, se procurará profundizar los cambios estructurales necesarios para avanzar en la reformulación de las relaciones entre la economía, el Estado y la sociedad. En una segunda etapa de esta fase, el objetivo general será el de procurar la modernización de la gestión estatal, removiendo condicionamientos y mejorando su funcionamiento, efectividad y costos, tanto a nivel de sistemas horizontales como de estructuras verticales. La optimización del desempeño incluye mejoramiento de la administración de los recursos humanos, financieros y normativos, a efectos de aumentar la sustentabilidad socio-económica y la eficiencia de los cambios. C.S.