Reforma institucional en Nicaragua : un reto permanente
Resumo
En la década de los 80 el país Nicaragua profundos cambios en el sistema político que significaron una ruptura con el modelo socio-económico y político anterior. Tales procesos conllevaron, obligatoriamente, a la refundación del Estado y a transformaciones en el modelo de gerencia pública; las cuales, sumadas a coyunturas económicas y políticas del país, han implicado un reto permanente de reforma y modernización de la administración pública y su funcionamiento desde 1990 a la fecha. Adicionalmente, los niveles de dependencia económica y financiera de recursos externos han añadido un actor en el proceso al existir múltiples entidades cooperantes procurando establecer sus propias prioridades y sus propios mecanismos de ejecución de programas y proyectos que surgen de los diagnósticos, también -y generalmente- propios. Lo anterior ha llevado a trabajar las iniciativas de reforma y modernización del sector público en Nicaragua, a lo largo de las últimas tres administraciones, a diferentes intensidades en el tiempo, con una visión de proyecto y financiamiento de corto plazo; quedando muchas cosas entre lo deseable y lo posible. Afortunadamente, muy a pesar de ello, se han logrado consolidar algunos resultados positivos mediante varias generaciones de reforma y actualmente nos enfrentamos con el reto de institucionalizar las políticas de la administración. Así, la administración pública ha sufrido grandes transformaciones en los últimos años. La reducción en 1984 de 250 mil empleados en el gobierno a menos de 90 mil en 1995 ha significado grandes ahorros corrientes, pero también ha demandado grandes cambios en la estructura y composición del gasto. El énfasis fue en aspectos financieros y la apertura de los mercados. Esta fase de reducción cuantitativa del aparato estatal y de la separación de las estructuras constituye la primera generación de reformas en Nicaragua. Posteriormente se llevó a cabo, a partir de 1998, la segunda generación de reforma, orientada a la competencia del Poder Ejecutivo en aras de adecuar la capacidad del gobierno a sus medios. Estas reformas reconocen el nuevo papel del Estado, pequeño y eficiente, y conllevaron a la reorganización de las entidades centrales del Poder Ejecutivo. Cabe señalar, sin embargo, que en esta etapa no se logró incidir en la descentralización funcional y la presencia del ejecutivo en el territorio. El Presidente de la República, Ingeniero Enrique Bolaños, desde su toma de posesión en enero de 2002, manifestó que "...la misión estratégica de mi gobierno, en el plano nacional, será la fundación de una nueva institucionalidad en el país..."; para lo cual, la reforma moral y la reforma administrativa han pasado a ser parte de la agenda prioritaria del Gobierno de Nicaragua. Esta misión, conjugada con el nuevo contexto económico de persecución de las metas establecidas en la recién definida "Estrategia Reforzada de Reducción de la Pobreza y Crecimiento Económico" y elevado déficit público, deja al Gobierno de Nicaragua el reto de realizar una importante reducción del gasto corriente primario al mismo tiempo que eleva la calidad de la gestión pública en general. Por eso, la tercera generación de reformas, en proceso de formulación, deberá consolidar la organización central del gobierno - tanto en sentido funcional como territorial-; llevar a cabo la descentralización funcional y en general los conceptos de la administración pública en el territorio; implantar el servicio civil basado en el mérito y con ello iniciar el proceso de profesionalización del empleo público; definir e implantar una nueva la estrategia de producción y entrega de servicios públicos, que prevea la eliminación de barreras administrativas; resolver la institucionalidad para el tratamiento a los problemas comunes y globales de la administración pública; así como, y quizás primordialmente, democratizar la gestión pública acercando cada día más la administración pública a la población. Todo esto, aprendiendo del pasado, comprendiendo el presente y teniendo en consideración la oferta del mundo moderno.