La búsqueda de un ente rector para las políticas de mujer en Guatemala
Abstract
Desde la firma de los Acuerdos de Paz en Guatemala, el movimiento de mujeres ha estado buscando la manera más efectiva de que las metas acordadas pudieran ser ejecutadas desde un estado tradicionalmente ajeno a la problemática de la mujer y sin estructura administrativa que pudiera atender las demandas del colectivo. Las primeras propuestas se generaron a través de la Oficina Nacional de la Mujer, en un "rincón" del Ministerio de Trabajo. Desde allí se propuso y se peleó por la creación de un instituto de la mujer. El cambio de gobierno dio al traste con el primer intento de generar una institución pública rectora para la mujer en el país. Actualmente lo institucional se concentra en una secretaría que no ha conseguido consolidarse en la estructura estatal, pues su función rectora no queda definida en su ordenamiento legal y se dispersa, al mismo tiempo, en un buen número de pequeñas oficinas, instancias y entes que tienen encomendadas funciones similares y muy genéricas en este campo. La secretaría, con el apoyo de un grupo de investigadores e investigadoras de la maestría en políticas públicas, está pensando el diseño más adecuado para el futuro institucional de la entidad rectora que se consolide para años venideros. El debate está en torno a cuál debe de ser esa entidad rectora, qué mecanismo es el ideal para asegurar autonomía en las decisiones que aquella tome, cómo han de establecerse los canales de comunicación con el movimiento civil de mujeres y, por último, cómo operativizar las políticas públicas para la mujer. La discusión está todavía abierta. El diagnóstico de la situación actual refleja una dispersión a lo largo de la administración de pequeñas instancias con pocos recursos económicos y humanos cuya acción se ve dificultada además por una falta de orientación general que agrupe funciones y las distribuya de manera coherente a lo largo del organigrama. La legislación tampoco ayuda, pues es profusa y desordenada. El movimiento de mujeres sigue apostando por la creación de un Instituto de la mujer. La experiencia en otros países indica que esta vía llevó a los estados que la siguieron a aislar a los institutos del resto de la administración y perder así la transversalidad de las acciones públicas en materia de mujer quedando estas marginalizadas de las grandes decisiones. El debate se mantiene pero el tiempo apremia para optar por una u otra opción. La ponencia pretende poner sobre la mesa estas discusiones tan trascendentes para el futuro estratégico del empoderamiento de las mujeres en Latino e Iberoamérica. El caso guatemalteco puede servir de referencia para otras iniciativas en países con la misma vocación de afrontar desde el estado las acciones imprescindibles para elevar la calidad de vida de la mitad de la población.