Estado regulador : ¿un sucedáneo de la competencia?

Abstract

El artículo discute los supuestos principales del paradigma predominante sobre regulación, centrado en que la introducción de competencia en los mercados de servicios es la mejor garantía para la protección de los intereses de los usuarios, y en la necesidad de evitar que el gobierno regule de manera "oportunista". Esta postura omite la existencia de un peligro equivalente: el "oportunismo empresario", que se ha dado de manera frecuente en la experiencia argentina. Las autoras sostienen que, además de conjurar esos riesgos y garantizar el óptimo de eficiencia en el funcionamiento del mercado, la política de regulación debe contemplar que el acceso a estos servicios básicos es un derecho ciudadano, que trasciende los intereses de los clientes o consumidores, y por tanto debe integrar a los sectores socioeconómicos que estas categorías excluyen.

También se subraya que la brecha entre el "deber ser" de la regulación de los servicios públicos y el funcionamiento concreto de la estructura regulatoria no puede interpretarse solamente como resultado de déficits técnicos, sino que obedece a definiciones políticas claras que permitan dotar a los entes de las herramientas idóneas con capacidad para ejercer una función de control independiente y efectiva.