Una aproximación a la definición de políticas de inserción en la sociedad de la información
Resumo
La nueva economía no es la que viene, es en la que estamos ya, la que se está desarrollando desigual y contradictoriamente en todas las partes del mundo y que se caracteriza por ser informacional, global y estar conectada en redes. Efectivamente, en primer lugar, se trata de una economía centrada en la información y el conocimiento, aspectos que se convierten en los factores clave de la producción, la productividad y la competitividad de todos los agentes involucrados en este nuevo paradigma (empresas pero, también, ciudades, regiones e, incluso, naciones) y, consecuentemente, en la herramienta esencial del desarrollo económico y social de nuestro mundo. En segundo lugar, la nueva economía es una economía global; es decir, una cuyos componentes nucleares tienen la capacidad institucional, organizativa y tecnológica de funcionar como una unidad en tiempo real, o en un tiempo establecido, a escala planetaria y cuya principal característica estriba en que muchas de las decisiones políticas o regulaciones que van a afectar decisivamente nuestras vidas se toman fuera del espacio nacional, en uno de tipo transnacional no configurado institucionalmente como espacio ni como comunidad política. Finalmente, esta economía informacional y global es, a su vez, una economía en red. Y es que lo más propio de la explosión tecnológica y de la digitalización electrónica se refiere a sus efectos de integración, interconexión y formación de redes que constituyen la nueva morfología social de nuestras sociedades y cuya difusión lógica modifica sustancialmente la operación y resultados de los procesos de producción, experiencia, poder y cultura desconcentrándolos geográficamente para volverlos más flexibles y adaptables a las cambiantes condiciones de la actual economía, interconectada y global. Ante esta situación, no cabe duda de que ningún actor puede demorar la implantación efectiva de acciones que faciliten el acceso a la nueva economía del conocimiento que describimos. Corresponde, sin embargo a la Administración Pública desempeñar el rol de iniciador y facilitador y liderar, así, la adaptación al nuevo entorno. La herramienta a utilizar es la política pública pero, ¿en qué sentido debe ésta definirse?, ¿qué elementos ha de considerar?, ¿a qué actores ha de involucrar?, ¿cómo debe implantarse? En esta primera ponencia, que construirá el marco de referencia del conjunto del panel, intentaremos dar respuesta a todos estos interrogantes para establecer, de este modo, una definición adecuada de política pública integral de inserción en la sociedad de la información y el conocimiento.