Evolución de la pobreza en Chile : ¿aumenta la equidad?
Resumen
Se comenta la pérdida de vigencia de las posiciones teóricas que sustentaron la lucha contra la pobreza en Chile y la declinación de la eficiencia de las políticas correspondientes. Se plantea la necesidad de formular un nuevo paradigma más inclusivo, sobre la base del análisis de la evolución de la pobreza, del mercado de trabajo, de la distribución del ingreso y de la exclusión social. La evolución de los niveles de pobreza en Chile ha sido impactante. Entre 1987 y 1994 el porcentaje de indigentes pasó de 13,5% a 6,6% y el total de pobres disminuyó significativamente en términos absolutos y relativos. Estos logros se explican básicamente por la persistencia en la creación de nuevos empleos y por ende en la disminución de la desocupación, el aumento en los niveles de ingreso y de los salarios. Las políticas públicas han sido de bajo perfil en cuanto a su incidencia en la modificación de la distribución del ingreso autónomo. Sin embargo, los cambios impulsados por el gobierno en la institucionalidad laboral, en la reajustabilidad del salario mínimo y en las políticas de capacitación y educación, muestran que es posible una política activa hacia el mercado de trabajo. Pero también se advierte que se requiere de mayor audacia al respecto, par no desaprovechar el potencial de uso de algunos instrumentos disponibles como ha ocurrido con la fijación del Ingreso Mínimo. Aun cuando existen políticas universales respecto a los servicios sociales básicos, en la práctica operan formas y mecanismos de exclusión y de segmentación en el acceso y en la calidad de estos servicios. Esta afirmación es corroborada por el análisis desde una perspectiva crítica de los principales servicios que dependen de las políticas públicas, como son los de previsión y educación, que utilizan el 42,6% y el 22% del gasto social respectivamente. A pesar de la prioridad asignada por el gobierno a las políticas sociales, de los mayores recursos canalizados a partir de la reforma tributaria de 1990 y de los indudables avances en eficiencia y efectividad, la incidencia en la modificación de los niveles de pobreza ha sido escasa. Por otra parte, a ha hecho evidente que la concepción de la lucha contra la pobreza basada exclusivamente en la superación de la línea de pobreza ha entrado en crisis, al igual que el agotamiento de las políticas sustentadas en esta concepción. Diversas encuestas revelan insatisfacción con las políticas sociales y en particular en relación a asuntos no menores como es el caso de la salud. La opinión pública percibe que los mecanismos de exclusión que operan en el mercado de trabajo tienen su correlato en los servicios sociales. En todos los casos, la disminución de la exclusión exige esfuerzos sustantivos para alcanzar ciertos éxitos. Se concluye que para enfrentar la pobreza se necesita una redefinición en las orientaciones y en las acciones de las políticas sociales. Desde la perspectiva de la exclusión, lo relevante es la efectividad de políticas afirmativas de superación de la pobreza, y determinar el papel de las políticas públicas en el mejoramiento de la distribución del ingreso. C.S.