La rigidez del sistema público como factor limitante del emprendedurismo : el caso chileno
Resumen
La idea del espíritu emprendedor en lo público no es hoy en día un problema o un tema nacional, sino que podríamos decir que es un tema universal, recorre todos lo países y la cuestión se ha planteado porque en la administración pública los servicios brindados a los ciudadanos ocupan un papel cada vez más relevantes. Para enfrentar este importante desafío, los estados han iniciado diversos procesos de modernización del aparato público, para lo cual necesitan el concurso de personas que deben estar imbuidas de las características propias de un emprendedor; es decir, que en su accionar sean creativos e innovadores, un cazador de oportunidades que se traduzca en beneficios para todos, a ser perseverantes y autocríticos, a trabajar en equipos, en proyectar en obras los conocimientos y experiencias adquiridas, en escapar de la rutina y a vivir y compartir en sociedad. El emprendedor público debe ser por sobre todo sensible y permeable a internalizar las urgencias de la gente, adoptando las medidas para que ellas no se posterguen más en su satisfacción. Nuestra legislación dentro de la modernización de la gestión administrativa del Estado ha establecido un serie de principios que directa o indirectamente contribuyen a fomentar el espíritu emprendedor. Así, no se concibe una gestión administrativa eficiente sin el empleo de la planificación estratégica, la que supone una mirada hacia el futuro principalmente a mediano plazo. El liderazgo constituye también un aspecto clave, como base de éxito, particularmente para que funcione un equipo humano afiatado, de ahí que es necesario hacer una muy buena selección no solo de los jefes, sino que de todo el personal, empleándose por regla general el mecanismo del concurso, Paralelamente, es preciso efectuar evaluaciones serias y objetivas y contemplarse fórmulas de incentivos a la acción eficiente y emprendedora en base a indicadores objetivos de calidad. La capacitación funcionaria se concibe como un derecho y también como un deber. En este mismo sentido se plantea también la inconveniencia de la aplicación de un régimen absoluto de inamovilidad de lo funcionarios, pues las consecuencias negativas las sufren el conjunto de los funcionarios, la institución respectiva y el país. Como la administración está concebida como instrumento al servicio de los usuarios éstos deben gozar de prerrogativas y posibilidades de una participación efectiva, ya sea a través de una información permanente o por medio de propuestas para mejorar la prestación de servicios. Finalmente, el control de gestión, la interpretación finalista de la ley, la probidad y la necesaria transparencia en la gestión pública, la participación e integración del sector privado, la difusión y publicidad de la gestión administrativa de cada servicio y el uso racional, inteligente y debidamente coordinado de la nueva tecnología constituyen todas medidas que abren un importante campo para el agente público emprendedor.