El Estado reformado, la nueva cuestión social y la gestión local
Resumo
El sistema capitalista fordista sufrió una crisis en la década del 70, para la cual se propuso desde los organismos financieros internacionales y aplicó como remedio una serie de medidas, por la mayoría de los países latinoamericanos, agrupadas bajo el rótulo de "reforma del Estado", la cual consistió básicamente, en un desmantelamiento del modelo keynesiano y baja del gasto público, con esto último se vieron afectados muchos de los institutos de la seguridad social. En este proceso de baja del gasto público, por ejemplo en la Argentina, la nación se fue desprendiendo de tareas sociales y las delegó en los gobiernos municipales; que se vieron en muchos casos superados en su capacidad de gestión y los obligó a rediseñar, tanto su organización como su funcionamiento. Como consecuencia de estas políticas durante la década del 90 en la región, se logró una recuperación de la economía y aumento del PBI, pero también una suba de los índices de desempleo y pobreza, un signo del deterioro de esta nueva cuestión social, de fines del siglo XX, es la exclusión de amplios sectores de asalariados, dando lugar a una nueva crisis, que afecta a amplios sectores de la sociedad y provoca un crecimiento de las demandas de bienestar, sin satisfacción hasta ahora, por la sobrecarga de respuestas, que tienen que dar los niveles estatales inferiores, como contrapartida a la situación creada por el deterioro del modelo de seguridad social. Las respuestas a la crisis se plantean entorno a dos grandes paradigmas: uno que sostiene una continuidad y asistencia a los perjudicatarios y otra que sostiene la ruptura con el modelo económico; ambas han mostrado ser insuficientes para dar cuenta de la problemática de fondo, por lo que se hace necesario pensar otra alternativa. En este sentido se propone un reconocimiento de que la causa de la crisis es el sistema de producción capitalista postfordista-globalizado, que afecta Latino América económico dependiente, y que provoca un descentramiento social de lo público; a partir de aquí proceder a reubicar lo público como el eje en torno al cual se teje el entramado social y de la mano de la política, ordenar la sociedad alrededor del interés común, para hacerlas más equitativas y democráticas.