Descentralizacao e relacoes intergovernamentais no Nordeste do Brasil
Abstract
Se examinan las relaciones intergubernamentales en la región del Nordeste brasileño, en el marco del proceso de descentralización. Se consideran las bases legales y políticas de este proceso, se señala la fragilidad de las acciones de articulación y apoyo al poder municipal para asumir la gestión de las políticas descentralizadas, y se plantean conclusiones sobre el tema. La descentralización fue el elemento que concitó el mayor consenso en el contexto de la reforma del Estado en el Brasil, dado que fue entendida como una reivindicación por los más diversos sectores de la sociedad. Paradójicamente, durante el régimen militar se montó el aparato institucional para viabilizar la articulación intergubernamental. Sin embargo, luego de la Constitución de 1988, se pudo apreciar una fuerte presión para concebir la descentralización como sinónimo de municipalización. En este sentido, el proceso parece haberse centrado en la transferencia de responsabilidades desde el gobierno central a los gobiernos municipales, sin una preocupación por definir una institucionalidad político-administrativa de apoyo a estos cambios. No se trata de cuestionar a priori la capacidad de gestión de los gobiernos municipales, principales protagonistas de una política descentralizada, pero sí de evitar que el proceso no pase más allá de ser una desconcentración de funciones que anteriormente estaban concentradas en el nivel central. La existencia de una base institucional en los municipios con capacidad para responder a las necesidades de la planificación local es uno de los factores más importantes para sustentar el proceso de descentralización. En el Nordeste, al contrario de lo que ocurrió en otras regiones, la estructura creada para apoyar la gestión municipal fue siempre insuficiente, con la única excepción de las áreas metropolitanas de Recife, Salvador y Fortaleza, con lo que el proceso de descentralización se vio obstaculizado. La realidad del Nordeste pone de manifiesto la dependencia histórica de los gobiernos estadales en relación con las directrices de las políticas diseñadas a nivel federal. Así, a pesar de que el proyecto en curso de reforma de Estado supone necesariamente la idea de la descentralización, los estados nordestinos no poseen ninguna estructura político-administrativa que fortalezca el poder municipal, condición fundamental para que tenga lugar una verdadera descentralización. Como consecuencia, los gobiernos estadales y municipales nordestinos no están en condiciones para gestionar las políticas descentralizadas. El análisis de esta realidad lleva a aceptar la propuesta de varios autores que han llamado la atención sobre la necesidad de que el gobierno central tenga una presencia más sólida en la orientación del proceso de descentralización, principalmente en el área de la política social, donde está siendo realmente viabilizado. No hay razones para pensar que la descentralización implica necesariamente la reducción de la importancia de la instancia nacional. La presencia del gobierno central, en este caso, debe garantizar el desarrollo de las capacidades de gestión necesarias para dar cumplimiento eficiente a las nuevas competencias y responsabilidades. C.S.