Los procesos de modernización de municipios en la Provincia de Mendoza
Resumo
La reaparición de "lo local" como contraparte de los fenómenos globalizantes que experimentan todas las naciones, producto de los grandes cambios introducidos por la innovación tecnológica, ha traído consigo el resurgir de una organización que en procesos anteriores tuvo un opaco papel: las municipalidades. Estas entidades, usuales "administradoras de los servicios y los intereses locales", como rezan algunas leyes y estatutos, que concentraban sus escasos recursos y competencias en la higiene y salubridad públicas de la ciudad y sus alrededores, sufrieron el impacto de factores económicos, sociales y tecnológicos exógenos. A su vez, también constituyen el último eslabón, y el más débil en la concatenación de procesos iniciados a nivel nacional, productores de reformas estructurales dentro y fuera de la administración pública. Por ello, el proceso de globalización económica y la reforma del estado nacional encarada en esta última década, si bien ha generado cambios progresistas orientados hacia una mejora en la eficacia y la eficiencia de las organizaciones, ha producido también una onda expansiva cuyas consecuencias hoy experimentan los municipios en un proceso en el que algunos han podido asimilar los cambios, adoptando modalidades de gestión modernizantes, e incluso innovadoras, y otros han quedado marginados del mismo. Algunos lograron ser contenedores de las demandas sociales hoy focalizadas hacia ellos, mientras que otros demostraron su inviabilidad para absorber la crisis y diseñar estrategias de superación de sus limitaciones. No obstante cabe preguntarse sobre los alcances del proceso innovador. ¿Hasta qué punto estos nuevos cometidos, a veces impuestos, son capaces de generar cambios significativos, sustentables en el tiempo, producto del aprendizaje organizacional? Es difícil encontrar factores endógenos generadores de cambios estructurales en los municipios en el caso que nos ocupa. Nada deviene de la nada y los organismos municipales de la provincia fueron relegados durante años a funciones secundarias con pocas competencias y escasos recursos, provocando una cierta paralización en su capacidad administrativa, agudizada por el clientelismo político, un marco legal anticuado y restricciones en la asignación de recursos. Lo que puede observarse es el impacto de un contexto modernizante que proviene no solamente de la reforma del estado nacional sino también del programa de reforma del estado provincial iniciado en Mendoza y que tiene su máxima expresión en el dictado y ejecución de los decretos No. 176 y 889/96 concomitantes con el inicio de un nuevo período de gobierno en la provincia, y que intenta una reforma integral de las funciones, estructura y modalidades de gestión de la administración pública provincial, en concordancia con lo efectuado a nivel nacional, con el financiamiento de organismos multilaterales de crédito y en el cual aparece la fórmula DDP como una de las herramientas fundamentales del cambio. Entre las áreas que movilizan cambios a nivel provincial son significativas la económica, la financiera, la de desarrollo social y salud y la de medio ambiente. A modo de conclusiones: puede generalizarse, como lo hace un estudio sobre modernización e innovación en organismos nacionales que "los cambios en la administración, la gestión y las políticas públicas en los organismos del sector público argentino a partir de 1990 se caracterizaron por una amplia gama de transformaciones en las políticas públicas, diseños institucionales, procesos, productos y servicios institucionales públicos y sistemas organizacionales También puede afirmarse que es posible identificar importantes procesos innovadores a nivel municipal sobre todo en aquellas comunas que se han visto impactadas con mayor énfasis por la crisis y reforma del Estado. En principio el municipio como sintetizador de la capacidad local para conducir procesos que atiendan a las necesidades de dichas sociedades, es una organización que admite estilos diversos de gestión y a la vez permite legitimar el poder en la sociedad local, siendo posible introducir transformaciones e innovaciones que permitan articular la participación de la comunidad en la obtención de mejor calidad de vida.