Globalización e integración económica de América Latina
Resumen
El escenario mundial ha experimentado en las últimas décadas, una transformación sin precedentes, destacando los profundos cambios en los patrones tecnológicos, de producción y comercio, la globalización de los circuitos del capital productivo y financiero, el derrumbe del socialismo real y el establecimiento de nuevos procesos de integración regional, entre otros. Todos estos cambios le dan una nueva configuración a la economía mundial que se ha expresado en principio, en una expansión sin precedentes en la reproducción y acumulación del capitalismo que ha impactado a la mayoría de los países que integran el sistema. En efecto, el establecimiento de una nueva división internacional del trabajo ha generado una reestructuración del sistema sustentado en la revolución informática y de las comunicaciones, y con ellas la automatización flexible, gestión computarizada y la conjunción de la descentralización espacial de los procesos productivos. Paralelamente la nueva tecnología revoluciona el sistema comercial y financiero conectando mercados y valores, asociándose al proceso condicionado de apertura, privatizaciones y desregularización. Se van generando así nuevos mercados financieros, nuevas corporaciones trasnacionales y poderes internacionales, configurándose una economía mundial globalizada con sus respectivos mecanismos reguladores. Ante la globalización y la regionalización de la economía mundial los países de América Latina se han visto obligados a fortalecer su inserción internacional para no quedar fuera del proceso. Para ello han tenido que iniciar una reestructuración económica, la transformación de las estructuras productivas, sociales y las instituciones políticas adecuadas a estos cambios. Si bien es cierto que la mayoría de estas reformas son necesarias, también lo es que el discurso neoliberal sustrato teórico de la globalización, subraya una competencia entre iguales, que no existe dado la existencia de una profunda desigualdad económica y los altos niveles de pobreza que nuestros países confrontan. En esta ponencia se sostiene que, la creación de nuevos espacios regionales integrados al aumentar las interdependencias entre países latinoamericanos contribuirá a incrementar el valor agregado y aprovechar las ventajas comparativas estáticas y dinámicas para reducir los costos de producción. El desarrollo industrial y el comercio intraindustrial subregional facilitará la especialización intrarrama en un menor número de productos y por tanto la competitividad internacional. En definitiva, frente al proceso de la globalización y la formación de bloques y su direccionalidad, América Latina debe construir su propio proyecto de integración que a la vez de garantizar la libre movilidad de factores sea un idóneo instrumento de desarrollo y de política internacional comunitaria, a partir de la fusión de los esquemas de integración vigentes. Estas nuevas formas de integración deben estar precedidas de una sólida macropolítica que establezca facultades regulatorias, acompañadas de tramas sociales importantes.