Proceso constituyente y reforma del Estado en América Latina
Resumo
Se examinan los retos que confrontan los procesos constituyentes en América Latina y se discuten sus implicaciones más relevantes para la reforma del Estado. Se destaca la importancia del fortalecimiento de la capacidad para gobernar, sobre la base del establecimiento de una nueva relación del Estado con la sociedad civil, en el marco de la profundización del sistema democrático. La experiencia latinoamericana de los últimos decenios ha tenido como corolario positivo la valoración del Estado de Derecho como principio cardinal del orden democrático. En este contexto, los procesos constituyentes en la región tienen un hecho unificador en la crisis del populismo y del Estado, que ha tenido como consecuencia el resquebrajamiento de las relaciones entre éste y la sociedad civil. El reordenamiento de las relaciones Estado-sociedad civil ha traído aparejado un deterioro de los partidos políticos y la pérdida de su representatividad, lo que afecta significativamente el proceso constituyente. La tendencia a llenar el vacío dejado por los partidos políticos mediante la personalización excesiva del poder es preocupante, por lo que la reinvención de los partidos políticos constituye un desafío prioritario. Los procesos constituyentes latinoamericanos se involucran directamente con la reforma de las ramas del Poder Público, tanto en lo que se refiere a la división horizontal como a la división vertical o federativa de poderes. En este sentido, es preciso reconceptualizar una serie de importantes aspectos en el sistema de gobierno, entre los cuales se destaca el tema del presidencialismo latinoamericano, la responsabilidad del Congreso y la reforma de la rama judicial, siendo esta última el aspecto de mayor urgencia en la renovación institucional. La modernización de la administración pública constituye una dimensión sobresaliente de la reforma del Estado. Las demandas crecientes de participación, las propuestas de descentralización de la gestión de gobierno y el fortalecimiento de la integración nacional, son aspectos que inciden de manera decisiva en términos de la gobernabilidad, entendida como desarrollo de la capacidad para gobernar. Se concluye que los desafíos que confrontan los procesos constituyentes latinoamericanos son vastos, al igual que sus implicaciones para la reforma del Estado, en función de la meta de mejorar la capacidad de gobernar. A este respecto, se considera que independientemente de otras variables, la gobernabilidad alude de manera particular a la capacidad de respuesta de las instituciones gubernamentales frente a las demandas y aspiraciones de la sociedad civil. La dinámica social exige cambios de fondo, que implican el compromiso inteligente de los gobernantes y de los miembros de la clase política. Si los cambios se logran en paz, con decisión y firmeza en un clima de respeto de la metodología democrática, sus alcances serán mayores, y las heridas que inevitablemente se infringen serán mucho más fáciles de curar. En caso contrario, el estigma de la violencia y sus deletéreos efectos volverán a hacer sentir en la región latinoamericana. C.S./M.T.