La descentralización venezolana : logros, peligros y nuevos incentivos
Abstract
Este documento se ha escrito en un momento en el cual el país transita una difícil controversia sobre la descentralización en donde el reclamo por los recursos financieros y los ataques del poder central contra los gobernadores marcan la pauta. Sin embargo, y porque creemos en la necesidad de ubicar la discusión en otro camino, este trabajo asume un conjunto de posturas más allá de aquella disputa: la tensión inocultable entre poder local y poder nacional en Venezuela pasa, forzosamente, por la creación de nuevos incentivos pues los que tenemos -elección directa, Ley de Descentralización y Fondo Intergubernamental para la Descentralización, FIDES- no van a resolver los peligros que sobre el proceso se visualizan a pesar de que surtieron un efecto invalorable. Esos peligros, expresados en la fuerte cultura nacional clientelar que inhibe la participación y la rendición de cuentas de los elegidos, deben ser contrarrestados por nuevos mecanismos que acerquen al ciudadano y al gobernante en la búsqueda de acuerdos responsables. Así, la corresponsabilidad fiscal, la transferencia de fondos condicionados a la integración sector público-empresas-sociedad y la creación de una instancia central de negociación con los gobiernos territoriales, pueden representar los nuevos incentivos para profundizar la descentralización y, con ello, la cultural democrática. Para ello, será necesario instaurar un estado central fuerte por lo pequeño y ágil, que rompa con el anquilosamiento del actual montaje institucional; un estado creador de múltiples canales para la fluidez de las negociaciones intergubernamentales, que asuma la descentralización como su política nacional. Acometer tales reformas exigirá la movilización de élites comprometidas con tales fines para la viabilización de las reformas. Dentro de ellas, instancias como las Asociaciones nacionales de Gobernadores y Alcaldes, están llamadas a jugar un papel fundamental. C.M.Q.