La satisfacción de las demandas como objetivo prioritario de las políticas públicas: su eficacia, criterios e indicadores. Una reflexión necesaria desde la perspectiva social
Resumen
En cuanto a demandas, la actual dinámica de la sociedad requiere de la organización pública intervenciones rápidas y a corto plazo. Desde el Estado surgieron las políticas públicas como herramientas transformadoras para el cambio o la movilidad social. Así, la organización pública se retroalimenta con el resto de la comunidad generando relaciones menores primero y más profunda después. Las políticas públicas definen actividades y acciones a desarrollar, pero además, definen conductas en el espacio comunitario donde son aplicadas. Esto es así porque se convierten en hechos sociales compuestos por variables y condiciones de peso que se imponen desde el exterior a las comunidades objeto de la transformación social. A priori, cada gobierno al aplicar sus políticas en el campo comunitario conoce cómo satisfacer las demandas insatisfechas del sector focalizado y las consecuencias de no hacerlo. Las políticas públicas como herramientas de transformación social son acciones que apuntan a superar los deterioros producidos por las demandas insatisfechas. Son además, el cumplimiento del contrato del propio Estado con sus ciudadanos. Sin embargo, la energía para retroalimentar dichas acciones dependen de la sinergia que los ciudadanos presten a ella. La intervención del Estado en cada espacio comunitario a través de sus políticas públicas se logra además por la forma en que cada sociedad enfrenta las situaciones sociales adversas empoderándose a la manera arendtiana de ellas. Ahora bien, ¿cuál es el grado de eficacia de las políticas públicas? A priori, pareciera depender de la manera en que las sociedades y pueblos enfrentan sus necesidades por medio de este componente de institucionalidad estatal. La acción de evaluación de la eficacia de las políticas públicas por parte del Estado es también un ejercicio al que no se debe restar trascendencia. La evaluación de la eficacia con criterios e indicadores apropiados es un ejercicio fundamental para el éxito de las organizaciones.