El Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: ¿qué defendemos?
Resumo
¿Cuál es el rol del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires? Para responder esta pregunta, es necesario trazar una clara distinción entre el acceso a la jurisdicción y el acceso a la justicia . Mientras la tutela judicial efectiva suele reducirse a lo primero, un análisis más profundo de la cuestión nos muestra que no basta con la posibilidad de peticionar formalmente ante las autoridades judiciales. Se requiere un verdadero acceso a la justicia , entendido como el instrumento capaz de reafirmar la vigencia de un Estado Social de Derecho que provea justicia social, esto es, seguridad colectiva para la cohesión social y participación en los bienes materiales y espirituales de la comunidad. El contenido de ese Estado Social de Derecho se encuentra no sólo en los derechos negativos o derechos civiles y políticos sino también en los derechos económicos, sociales y culturales. Pero la clave para la realización del Estado Social de Derecho reside no tanto en la efectividad de esas garantías sino en las condiciones de su vigencia. Así, la igualdad de todos y cada uno ante la ley es precondición de la realización de la justicia social. Pero el mundo en el que vivimos está plagado de desigualdad. El discurso dominante indica que el ideal capitalista de premios y castigos a la productividad beneficiará a los más capaces y por añadidura y efecto derrame promoverá el bienestar de todos. Los datos puros y duros han demostrado lo contrario. Se impone una sublevación cultural contra la desigualdad si queremos alcanzar la justicia. El rol del Ministerio Público de la Defensa consiste, precisamente, en ser el vehículo de ese cambio cultural. Aunque relativamente eficiente en el acceso a la jurisdicción, este Ministerio tiene que enfocarse en el acceso a la justicia. No alcanza entonces con proteger a los imputados y condenados en causas penales de los abusos o arbitrariedades del poder penal. Es menester embarcar a los defensores oficiales en una nueva era de desobediencia frente a la igualdad formal, es hora de alzarnos contra la desigualdad social.