Descentralización y relaciones intergubernamentales en Argentina: condicionamientos históricos y situación actual
Resumo
Tulia Faletti (2005) describe a la descentralización como el proceso de reforma del Estado, compuesto por un conjunto de políticas públicas que transfieren responsabilidades, recursos o la autoridad de un mayor a un menor nivel de gobierno en el contexto de un tipo específico de Estado . Para el análisis de casos, diferencia los procesos según el tipo de autoridad que se delega, distinguiendo tres tipos de descentralización: administrativa (transferencia de funciones), fiscal (asignación de recursos o delegación de autoridad fiscal), y política (reformas que abren nuevos espacios para la representación de organizaciones políticas subnacionales y que aumentan su grado de autonomía). El presente trabajo revisa, utilizando esas categorías, las dos olas descentralizadoras que se desarrollaron en la Argentina en los años 70- 80 y en los 90, impulsadas por la necesidad del gobierno central de reducir el déficit fiscal. Ambas reformas se iniciaron con procesos de descentralización administrativa sin financiamiento equivalente, lo que condicionó los procesos posteriores de descentralización fiscal y política. Para comprender más acabadamente la tensión entre el interior y Buenos Aires, este trabajo analiza las relaciones entre los gobernadores y el gobierno central desde la conformación de la Nación Argentina, y las proyecta hasta la actualidad, procurando aportar información para la actualización del estudio de caso de Faletti. También agrega información sobre el papel antes marginal pero cada vez más destacado, de los gobiernos locales en la asunción de funciones propias de los otros niveles de gobierno, y de la creciente influencia de una veintena de intendentes en la elección presidencial. Como conclusión preliminar, pudo observarse cómo las traumáticas secuelas de los procesos descentralizadores y de la crisis económica 1998-2002 se constituyeron en terreno fértil para que el gobierno central profundizara la estrategia del federalismo coercitivo . Esto fue posible porque, entre fines de los 80 y principios de los 90, los gobernadores no apoyaron los proyectos legislativos que propugnaban por mayor autonomía política, abandonaron los espacios institucionales de debate y de articulación horizontal, y generaron relaciones radiales con el gobierno central como estrategia de supervivencia ante la necesidad imperiosa de salir de la crisis. Estas acciones derivaron en un nuevo proceso de centralización fiscal y política. En la actualidad el gobierno nacional ejecuta más del 57% del gasto público consolidado, pero decide el destino de un porcentaje mucho mayor. Algunos conflictos recientes ponen de relieve que no sólo los recursos fiscales pueden ser utilizados para discriminar, enfrentar, sancionar o premiar a los gobiernos subnacionales. También puede sumarse el manejo de las fuerzas de seguridad necesarias para mantener el orden o permitir el caos, o los recursos simbólicos, tales como la imagen pública o el acceso a medios de comunicación.