Rol y financiamiento local para la sostenibilidad urbana
Resumo
A principios del siglo XXI la ciudad se convierte en un espacio en el que confluyen las relaciones entre las personas, en el que éstas conviven y trabajan y que ofrece servicios hechos para el uso y disfrute de los ciudadanos. Por esta razón, la ciudad pasa a representar ese hábitat natural para el ser humano, el cuál debemos cuidar y proteger, pactando por el bienestar, la igualdad y la participación social, basándose en esta relación interpersonal el concepto mismo de sostenibilidad. El concepto sostenible plantea un modelo de desarrollo social y económico basado en modelos de gestión eficiente y de mejora global de la calidad de vida de los ciudadanos, con un horizonte que va más allá del concepto de sostenibilidad, entendido como el status de equilibrio ambiental, económico y sociocultural. El desarrollo urbano debe plantear políticas vinculadas a un desarrollo con justicia social para la ciudad y su entorno. Parece un axioma indiscutible que la definición de un proyecto de ciudad debe llevarse a cabo a través de una planificación integral, responsable, democrática y estratégica que desde luego, ha de ser capaz de implicar a los actores con capacidad de actuar y transformar el espacio público y que además, debe generar los recursos financieros suficientes para ser implementado. Responder a una demanda ciudadana y estructurarse a través de políticas coherentes con el territorio, las infraestructuras, las actividades económicas y con la sociedad, son premisas ineludibles.