El municipio y sus posibilidades de desarrollo en el pacto federal
Abstract
Una de las pocas expresiones reconstructivas arrojada por la crisis que desde 1982 aqueja al país, fue sacudir al federalismo mexicano del adormilamiento extremo en que se encontraba y con ello abrir una expectativa distinta para los municipios dentro de la vida nacional. El federalismo en boga es, pues, una estrategia gubernamental para paliar la crisis, pero que también ha reanimado las relaciones entre los tres órdenes de gobierno (federal, estatal y municipal) y por eso merece la atención de quienes nos interesamos por los procesos político-administrativos del país. En particular, es importante resaltar los efectos que dicha estrategia ha tenido para la vida institucional y política de los municipios. Un aspecto central del análisis es reflexionar sobre la ubicación formal y real del gobierno municipal dentro de la federación, para luego trasladarnos más concretamente al proceso de municipalización emprendido en el estado de Guanajuato desde 1995, como una política gubernamental "que consiste en transferir responsabilidades y recursos del gobierno del estado a los municipios para fortalecerlos y garantizar mejores condiciones de vida a la población". La experiencia es por demás interesante. Se trata de una iniciativa formulada por un gobierno de extracción panista, que corre paralela al impulso del llamado nuevo federalismo y dentro de un contexo político en la entidad donde aún no se asimila la alternancia partidista en el poder. Así, tenemos un juego de relaciones intergubernamentales donde se cruzan intereses partidarios que hacen del proceso un ensayo político-administrativo bastante sugestivo. El proceso de municipalización en Guanajuato muestra un ángulo de la Reforma del Estado, en tanto que pretende una articulación diferente entre los órdenes de gobierno, buscando alternativas de gestión pública más eficientes. Sin embargo, las expectativas en torno a este proceso de municipalización están abiertas y oscilan entre el optimismo y el pesimismo, pasando por la indiferencia.