La necesaria revisión de técnicas para evitar la corrupción y la especulación urbanística: hacia una nueva gobernabilidad urbana sostenible
Resumen
Uno de los principales problemas del urbanismo de nuestros días ha sido el elevado grado de especulación y de corrupción, dos prácticas que menoscaban la articulación del urbanismo como función pública al servicio del interés general, y que constituye una de las mayores imperfecciones del sistema que trae de cabeza tanto a los expertos estudiosos del urbanismo económico como a los poderes públicos. En efecto, a partir de la configuración de las Leyes del suelo anteriores a la vigente, se desentendió desde la Administración, de sus responsabilidad en la satisfacción del derecho a la vivienda y el impulso de las de protección oficial, o del deber de preservación de los recursos naturales a fin de no comprometer las posibilidades de desarrollo de las futuras generaciones. De ahí que se intensificaran a partir de este momento los procesos de reforma de la legislación sobre el suelo. Con la finalidad de identificar los elementos esenciales para la puesta en práctica de una planificación urbanística que tenga en cuenta el principio de desarrollo sostenible, y en la inteligencia que la mayor o menor sostenibilidad de un entorno urbano está implícita en su diseño urbanístico, se ha realizado un análisis jurídico del marco legal articulado en nuestro ordenamiento que contempla limitaciones al planificador desde la perspectiva de la sostenibilidad, pero también hemos centrado nuestra atención en destacar la multitud de elementos, no contemplados en las normas, o en su caso, que no vinculan a la planificación urbanística, que también deben ser tenidos en cuenta para lograr un desarrollo urbano más sostenible, como son las de lograr una mayor transparencia y participación en los procesos de desarrollo urbano. Un conjunto de elementos que, dada su heterogeneidad, ponen de manifiesto la necesidad de llevar a cabo una revisión de los conceptos y técnicas empleados en la planificación urbanística a fin de que sea más integral y coherente con los postulados que impone la sostenibilidad. En definitiva, ponen de manifiesto la necesidad de insistir en la necesaria e inacabada redefinición de la gestión pública urbanística -cuya principal manifestación es la planificación urbanística- y del gobierno del territorio a fin de poder actuar conjuntamente desde todos los niveles de gobierno en distintas dimensiones de la ciudad, superando la legislación y políticas sectoriales, llevando a cabo actuaciones integradas, coordinadas y concertadas, e incorporando a los procesos de desarrollo urbano a todos los agentes sociales con capacidad de transformación de la ciudad. Sólo así se conseguirá que las distintas actuaciones, a corto y largo plazo sumen sus efectos, en la dirección del desarrollo sostenible.