Expectativa frente a procesos de selección por mérito en Colombia
Resumen
El 7 de diciembre de 2004, esta Entidad emprendió la difícil tarea de adelantar gestiones administrativas, tendientes a convocar al proceso de selección para proveer por concurso abierto de méritos la totalidad de los empleos reportados por las entidades cuyos empleos de carrera pertenecían al régimen general, atendiendo el mandato de la Ley 909 de 2004. El ser el primer proceso de selección adelantado luego de un largo período de estancamiento de la carrera administrativa, generó en el ciudadano del común una gran inquietud frente a la Convocatoria 001 de 2005, registrando una relación de 1:10 entre vacantes y aspirantes que obtuvieron el derecho de inscripción. Tal comportamiento cambió de manera importante con el desarrollo de nuevas convocatorias. Actualmente se aprecia crecimiento continuo en el número de personas que adquieren el PIN, que alcanza un incremento del 101% entre la primera y la última convocatoria analizada, evidenciando un mayor interés de los ciudadanos en participar, en los procesos de selección que adelanta la Comisión Nacional del Servicio Civil. Dicho comportamiento obedeció a la percepción de que la Convocatoria 001 de 2005, era la gran oportunidad para que un sin número de connacionales, en virtud de este instrumento de selección, pudieran ingresar al empleo público de Carrera Administrativa, sin importar su condición política, económica o social, resultado que de alguna manera se ha venido transmitiendo a otros ciudadanos, bajo la convicción que la selección de los mejores, fue producto exclusivamente de sus capacidades personales y profesionales demostradas en las pruebas aplicadas y ajenas a otras circunstancias, que nada tienen que ver con la profesionalización del servicio. Esta percepción no es gratuita. Es preciso indicar que los procesos de selección han logrado demostrar a través de los resultados obtenidos en la ejecución del proceso, que los principios de igualdad, mérito, moralidad, eficacia, economía, imparcialidad, celeridad, publicidad y en especial el de transparencia, no son un enunciado más, sino que ellos comportaban verdaderas garantías para el ciudadano que aún desconfiado por la tradición clientelista del país en materia de empleo público, observaba como la abundante y calificada oferta pública de la Convocatoria, representaba una oportunidad histórica para ingresar a la categoría de servidor público. Hoy día, dada las lecciones aprendidas en el desarrollo de las Convocatorias, es necesario repensar los procesos de selección en algunos aspectos, entre ellos, la necesidad de contar con adecuados manuales de funciones y requisitos mínimos que determinen con claridad entre otros aspectos las competencias requeridas para los empleos, de forma que se facilite la aplicación de las pruebas, lograr el compromiso decidido de las entidades convocantes, disminuir los tiempos que transcurren entre la planeación de la Convocatorias y su ejecución y los tiempos intermedios en la ejecución de cada una de las etapas.