Diez años de alta dirección pública en Chile
Resumo
El sistema de Alta Dirección Pública, creado en Chile el año 2003, en el marco de un importante paquete de reformas institucionales. se nutrió de la idea de que debía avanzarse en la profesionalización de una franja de cargos públicos situados en el espacio de dirección inmediato al nivel estrictamente político, los cuales eran provistos hasta entonces mediante procesos de cooptación puramente discrecionales. La decisión implicaba introducir fórmulas de acceso que garantizaran la idoneidad profesional, y desarrollar instrumentos de gestión que facilitaran un mejor desempeño. Transcurridos diez años desde su creación, la Alta Dirección Pública muestra un avanzado nivel de consolidación institucional. Parece, por eso, un momento oportuno para hacer balance de la experiencia, identificando sus logros y sus desafíos. Este es el objeto del panel y de esta ponencia introductoria. En ella, se comienza señalando los principales rasgos distintivos de la experiencia chilena, para, a partir de ellos, realizar una valoración de cuál es la situación en la que el sistema se encuentra en 2013. Esta valoración es, desde luego, claramente positiva, y refleja la institucionalización de una reforma que en buena medida marca el camino a otros países en cuanto a la profesionalización de la función de dirigir en el sector público. Como es lógico, el balance ofrece también zonas grises y áreas de desarrollo que permiten explorar cuáles debieran ser las posibles líneas de evolución del sistema, y formular al respecto algunas recomendaciones. En este sentido, se sugiere abordar desarrollos en lo que respecta a la plena definición del modelo, a fortalecer su capacidad para atraer talento directivo, a mejorar algunas garantías de profesionalización en las fases posteriores al acceso al cargo, a la mejora de los instrumentos de contractualización del desempeño, y, por último, al robustecimiento de sus esquemas de gobernanza corporativa.