Alto Gobierno: ¿qué se coordina y cómo?

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Data
2011Autor
Von Bargen Zayas, Graciela Beatriz
Von Bargen Zayas, Carmen Diana
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Los principales desafíos actuales del Alto Gobierno de Iberoamérica tienen relación con la articulación intergubernamental-intersectorial, la vertebración de las funciones de diseño, seguimiento, evaluación y control de políticas públicas y de gestión pública en general. Las decisiones y formulación de políticas convenientes y oportunas en este contexto, requieren contar con arreglos institucionales y capacidades que vayan más allá de lo tradicional, a los efectos de adecuarse para procesar complejidad e incertidumbre características de este tiempo. Problemas recurrentes de las administraciones gubernamentales analizadas refieren a: duplicación de esfuerzos, desviaciones de las políticas públicas, utilización inadecuada de recursos, falta de seguimiento y disminución de la calidad de los servicios prestados que acarrean como consecuencia ineficiencia en la gestión de recursos. La coordinación surge como un proceso paralelo que en forma transversal, horizontal y verticalmente se presenta durante todo el ciclo de formulación, programación, ejecución, monitoreo y evaluación de la política pública. La "decisión conjunta" es una estrategia que nos permite la asignación de recursos y tareas a distintas instancias orientadas al logro objetivos comunes en el proceso de coordinación. Los elementos más importantes son: ajuste mutuo de actividades o procesos (programación); acoplamiento de relaciones interpersonales (articulación); establecimiento de compromisos para varias organizaciones involucradas en un proceso de colaboración. En los ámbitos de coordinación macro-nacional y meso-intersectorial e intergubernamental se dan las relaciones entre representantes del nivel central con representantes de los niveles sub nacionales: gobernaciones y municipalidades en el caso de Paraguay. Abordar el desafío de la coordinación en la gestión pública no es un tema sencillo, es más resulta altamente complejo, más aún cuando la brecha entre el sistema instalado y el requerido es amplia. Para ello no basta con pensar de manera sistémica, eso sólo funciona bien cuando las actividades ya se han asentado y las rutinas funcionan. La coordinación por sí misma es compleja, el desafío es lograr el apoyo, la mayor simplificación viable y racional que sea capaz de revertir complejos procesos a simples que generen mayores impactos.