Democratización de la función pública: condición necesaria para la democratización del sector público
Resumen
La democratización de la función pública, esto es, de las condiciones laborales y las dinámicas propias que le son inherentes en las organizaciones e instituciones públicas, en tanto la dignificación de funcionarios y servidores se asuma integralmente y conlleve hacerles partícipes en las definiciones de políticas, planes, programas y proyectos públicos, es condición necesaria para avanzar en la consolidación de la participación y democratización del sector público. En tal sentido, las expresiones de centralización, jerarquización e híper-especialización del modelo burocrático, los rígidos manuales y formatos de calidad, ligados a los todavía en boga estudios de tiempos y movimientos; así como las regulaciones que desconocen y precarizan la relación de trabajo, no sólo contribuyen al fomento de relaciones clientelares, sino que impiden la dignificación del servicio. En tal sentido, generar las condiciones para viabilizar la participación desde el interior mismo de las organizaciones, conlleva reflexionar sobre las concepciones en las cuales subyace el modelo de "modernización" de la gestión pública, desde el análisis de los lineamientos de la llamada Carta Iberoamericana de la Participación Ciudadana en la Gestión Pública y del documento del CLAD denominado Gestión Pública Iberoamericana para el Siglo XXI en contraste y relación con planteamientos como los de Edgar Morin (2004) en la ponencia denominada ¿Podemos reformar la administración pública? Lo anterior conlleva el necesario análisis de las dinámicas propias de la función pública en nuestra realidad nacional desde los principios y disposiciones constitucionales y los desarrollos legales existentes, pues la dignificación de la función pública es también condición de la dignificación de las condiciones de vida de nuestros ciudadano(a)s, razón de ser del accionar público estatal.