Hacia un federalismo hacendario en el marco de la reforma del Estado
Resumen
"DEL ESTADO" El Estado en la época actual, se transforma para ser más regulador y promotor, que ejecutor; porque el reformar es reconocer que los modelos anteriores han cumplido su ciclo vital, y son incapaces para resolver los nuevos problemas. En consecuencia, se hace necesario replantear la estructura, el sistema y la orientación del orden jurídico, para posibilitar su transformación y sobre todo para que, junto con las instituciones públicas, se establezca un ordenamiento justo, real y adaptable a las nuevas circunstancias. En este trabajo y sin mayor pretensión que el ser descriptivo de teorías existentes y de hechos que se han presentado, se intentará revisar el proceso del fortalecimiento del federalismo y de la transición de la descentralización fiscal o federalismo fiscal hacia un federalismo hacendario, como parte de la reforma del gobierno y en consecuencia, de la Reforma del Estado, que no es posible concebir fuera de dos factores: el fortalecer sus elementos integrantes y el transformar a fondo algo que le es vital para su existencia: la hacienda pública y las relaciones fiscales entre los diferentes ámbitos de gobierno. Para fortalecer al federalismo, se tiene varias vertientes, una de ellas es el federalismo hacendario. Éste principalmente se refiere al análisis de las fórmulas de redistribución tributaria entre la federación, los Estados y municipios, la descentralización del gasto, así como a los mecanismos de coordinación fiscal, aún y cuando no es lo único ni lo más importante que comprendería. Al abordar el tema del federalismo hacendario, es preciso referirse a los siguientes elementos que lo caracterizan y condicionan su existencia: redistribución de funciones, coordinación intergubernamental; fortalecimiento de las finanzas públicas locales y coordinación hacendaria. La asunción de competencias debe estar en función de parámetros de eficacia administrativa, optimización de recursos e impacto social; además de que no basta descentralizar competencias y recursos si paralelamente las entidades locales - estatales y municipales - no modernizan su administración pública y profesionalizan a sus servidores públicos. Esto, básicamente a partir de revisar y actualizar sus estructuras, funciones y sistemas de trabajo, aunado a una permanente capacitación y actualización de su personal. El camino para el impulso de un federalismo hacendario en México presenta diversas vertientes, las que de manera correlacionada conducen necesariamente a un fortalecimiento de las finanzas públicas locales. Bajo la perspectiva de que no existe una solución única para resolver los problemas financieros actuales y futuros que padecen las haciendas públicas locales, es necesario actuar en los diversos frentes, que incluyen desde la revisión de competencias públicas; la instrumentación de una nueva coordinación hacendaria; el incremento de los ingresos propios; la transferencia de nuevas fuentes de ingresos; una mejor administración tributaria; la aplicación más amplia del principio del beneficio en los servicios públicos, hasta el uso racional del crédito y la colaboración con los gobiernos federal y estatal, así como con las organizaciones sociales, entre otros factores. Dentro de este contexto, el diseño e implementación de un nuevo Sistema Nacional de Coordinación Hacendaria, es una acción prioritaria para la consecución de un federalismo renovado. Implica una visión integral de las finanzas públicas que deberá diseñarse y sustentarse en tres vertientes, a saber: 1) La coordinación tributaria a la que se restringe el actual sistema de coordinación fiscal, mediante el cual fluyan a los estados y municipios mayores recursos, no únicamente por la vía de las participaciones o transferencias no condicionadas, que implicaría modificaciones a las fórmulas de distribución, sino principalmente por la vía de los ingresos propios, con base en nuevas potestades tributarias; 2) La descentralización del gasto, vinculada con la asunción de nuevas funciones y responsabilidades, con criterios claros y compensatorios; y 3) La capacidad de endeudamiento, a través de nuevos esquemas para un mayor y mejor acceso de estados y municipios al financiamiento, incluyendo al público. La aplicación de criterios discrecionales y s electivos en la asignación del gasto público han sido, en el caso de México, uno de los puntos más criticados. El examen de la coordinación fiscal, de los niveles de participación de los Estados en la asignación de recursos y la descentralización, entendida como una estrategia para desagregar el poder público-administrativo del país, figuran como partes de una agenda cuya necesidad de ser revisada está a la vista. El fortalecimiento del federalismo, por la vía del federalismo hacendario, se construye desde lo más esencial, que es el acercamiento a una ventanilla por parte del contribuyente, la revisión y actualización del marco normativo, hasta lo más complejo, que es el desarrollo e implantación de las teorías y sistemas fiscales y de la hacienda pública más avanzados, enclavados dentro de lo que todos conocemos como reforma del Estado y de la Administración Pública. Por otra parte, la descentralización, como señala Kliksberg es un tema prioritario de la agenda política de varias naciones latinoamericanas, pero ésta sólo será posible en la medida que se logre transferir efectivamente poder económico y poder político hacia las regiones y esos ea acompañado de un crecimiento de capacidades de gestión administrativa y mayores recursos. El impulso y fortalecimiento de la descentralización hacendaria consiste en que el proceso de redistribución de facultades y recursos se dé bajo principios de suficiencia, eficiencia y equidad Los dos primeros encaminados a mejorar la función pública y el tercero enfocado a fortalecer las capacidades de los gobiernos para tratar de disminuir las desigualdades regionales. En este federalismo hacendario, no se trata solamente de pedir mayores transferencias de recursos, se trata también de hacer un esfuerzo en los ingresos locales y ejercer nuevas potestades. No cabe duda de que el gran tema de los próximos años tendrá que ser el fortalecimiento del federalismo y dentro de éste, el federalismo hacendario, aún y cuando es reconocido que a pesar de que se han iniciado importantes acciones para que se revitalice, falta mucho por hacer, tanto en el terreno de los conceptos y teorías, como en el campo de las leyes, de la voluntad política para el cambio y de los mismos hechos.