El agotamiento del modelo burocrático en la gestión de los riesgos contemporáneos
Resumen
El mundo de hoy se encuentra cada vez más expuesto a riesgos asociados con la problemática ambiental contemporánea, los avances tecnológicos, particularmente en el campo de la biotecnología y la energía nuclear. La posibilidad de la aniquilación o la degradación de las especies, incluyendo al homo sapiens, es una posibilidad. Una función esencial del Estado moderno es la de brindar la máxima protección y seguridad a los habitantes; sin embargo, en las condiciones actuales, una parte relevante de esa seguridad depende de la gestión eficaz de los macro-peligros. Así, el Estado, la organización política por excelencia de la modernidad no puede ya brindar la seguridad perdida ante los riesgos emergentes. Las causas de estas limitaciones en la gestión de estos riesgos tienen diversas explicaciones. Una parte importante de esta explicación puede encontrarse en el hecho de que la responsabilidad fundamental sigue recayendo en las administraciones públicas, cuya estructura y procesos se siguen sustentando básicamente en el modelo burocrático teorizado inicialmente por Max Weber. En este contexto, la presente investigación pretende ubicar la causa principal de la gestión de riesgos en los límites de la racionalidad burocrática, cuya esencia radica, precisamente en las reglas calculables, es decir, en las posibilidades del cálculo, lo que conduce a una actuación de naturaleza anticipable, y por lo mismo, prevenible. Un elemento central de esta racionalidad es un derecho sustentado en las posibilidades de cálculo de la ciencia, por lo que los avances científicos y tecnológicos se constituyen en el último referente normativo de la administración burocrática en general, incluyendo la gestión de los riesgos. Bajo este supuesto se desarrolló el modelo clásico de gestión de riesgos. Este enfoque demostró relativa eficacia en el manejo de los riesgos tradicionales, cuya naturaleza es esencialmente el manejo de probabilidades a partir de ciertos eventos previsibles y controlables. Sin embargo, ante la irrupción de diversos rangos de incertidumbre que acompaña invariablemente a los macro-peligros, dicho modelo clásico comienza a mostrar signos preocupantes de obsolescencia. De ahí la importancia de explorar los modelos pos-burocráticos en la administración pública contemporánea. Así, el análisis del paradigma de la Nueva Gestión Pública nos lleva a evidenciar ciertos límites del modelo burocrático, particularmente desde la perspectiva de la configuración de una nueva noción de lo público como un espacio de articulación de diversos actores ante contextos complejos y dinámicos. Además, dicho enfoque, al cuestionar a la administración pública como un coto reservado a la burocracia, aporta elementos esenciales para comenzar a superar la dicotomía ciencia-administración, lo que se traduce en el cuestionamiento a la división de tareas en la evaluación y toma de decisiones en el modelo clásico de gestión de riesgos. En nuestra opinión, la Nueva Gestión Pública echa por tierra un postulado esencial de la organización burocrática, a saber: la premisa de que la administración es un terreno secreto reservado a la pericia burocrática. Finalmente, las conclusiones apuntan hacia la construcción de un marco analítico para mejorar el manejo de los macro-peligros través de la configuración de diversas variables asociadas con la democracia participativa en los procesos de evaluación y toma de decisiones en el ámbito de la administración pública y el gobierno contemporáneos, teniendo en cuenta las evidencias científicas disponibles y como faro fundamental la nueva racionalidad centrada en las incertidumbres y riesgos hipotéticos que conlleva el citado principio de precaución.