La reforma del sistema de seguridad en la provincia de Buenos Aires : su proyección. La participación comunitaria
Abstract
En el contexto social de una sociedad finisecular que ha mutado en sus esquemas de contención y control social, el tema de la seguridad se ha convertido en el disparador de tensiones, frustraciones y desestructuración social. El problema integral nos remite sin embargo a subsectores que deben analizarse por separado: 1) La situación de contexto social y los nuevos mecanismos de integración, participación y control con referencia su reposicionamiento frente al Estado (al que nos referimos en el punto II "Participación Social"). 2) La reestructuración de todo el Sistema General de Seguridad, que tiene como subsistemas de vital trascendencia: a) Subsistema Judicial: el Proceso Penal, y sus reformas, en la Investigación Penal Preparatoria, la Policía Judicial y el Ministerio Público. b) Subsistema de la formación profesional. c) Los mecanismos de control internos y externos: para evitar deformaciones por corporativización o por deformación de los objetivos propios de una Institucion Civil armada, en primer término; y en segundo término, para evitar los reiterados actos de corrupción y violación de las normas, que terminan provocando reacciones en cadena dentro de la Fuerzas de Seguridad. d) Reestructuración de los sistemas de información: resulta imprescindible contar con mecanismos informatizados que aporten elementos para la prevención y planificación en la lucha contra el crimen y sobre todo, contra el delito organizado. Es un claro indicador, la necesidad de pararse de cara al tercer milenio con herramientas aptas para avanzar en la lucha contra la criminalidad, y en particular contra el crimen organizado que tiene en el tráfico y consumo masivo de drogas, uno de los mayores flagelos que conducen a la disociación y al aumento estructural de la violencia. Las técnicas y procedimientos, no son suficientes si la situación de contexto de quienes tienen que desarticular los mecanismos de violencia, no son aptos para una misión cada vez mas postergada por la sociedad de consumo, esto así porque; el marco socio-cultural debe propender progresivamente a superar el aislamiento posmoderno, la crisis socioeconómicas endémicas y la falta de compromiso de algunos sectores vinculados con esta obligación que han elegido el camino burocrático y no el compromiso social. La educación para la paz, la resolución por medios alternativos de los conflictos, la activa participación del tercer sector, y la redistribución de competencias y responsabilidades entre los distintos sectores del espectro social, y los operadores de los sistemas en el Estado, harán un impulso decisivo en la modernización de este sector del Estado, que aparecía hasta ahora como aferrado a antiguas prácticas de etapas no democráticas y a viejos vicios vinculados al autoritarismo y a la falta de control social. La seguridad en un Estado moderno y eficiente, que tiene en el uso de la fuerza un monopolio constitucional, necesariamente debe contar con plexos normativos que plasmen las garantías de las Convenciones Internacionales del debido proceso y de sistemas acusatorios claros, que independicen la decisión de la instrucción en la persecución penal preparatoria; y también, el desarrollo de técnicas de utilización de metodologías de formación, y la utilización de herramientas tecnológicas como forma de resolver la ola de violencia creciente en un Estado de Derecho. Pero repetimos finalmente, un concepto central para nosotros, el problema de la seguridad es un problema de todos.