Las dificultades a superar para una gestión integral de calidad
Abstract
La gestión de calidad, de acuerdo con las condiciones establecidas en la "Carta Iberoamericana de Calidad" del CLAD implica una orientación al ciudadano y a gestionar las instituciones bajo un conjunto de principios inspiradores que actúen como guías de la toma de decisiones y las acciones de las administraciones públicas y la conducta de los servidores públicos. Ellos contemplan aspectos deontológicos, políticos, técnicos y de rendición de cuentas. A estas condiciones se agrega la de institucionalizar una gestión para resultados cuya característica central la constituya la interdependencia entre los diferentes subsistemas que componen su universo; a saber, el desarrollo de recursos humanos, la vinculación de la planificación, el presupuesto por programas y la arquitectura organizativa, el montaje de un conjunto de indicadores destinados a monitorear y evaluar el desarrollo de las acciones y sus probables desvíos y la generación de modalidades de incentivos institucionales e individuales, que promuevan una motivación y contribución adecuada a la efectividad institucional por parte de las gerencias y servidores públicos. Dichas condicionalidades suponen la puesta en marcha con determinada simultaneidad o sucesión ordenada y convergente de los distintos componentes del sistema. Entre los interrogantes que se abren respecto de su aplicación, es ¿cuáles son los efectos posibles de existir un cumplimiento fragmentario o unilateral de algunos de sus aspectos sin el concurso de los demás? ¿Cómo asegurar la continuidad del esfuerzo ante los obstáculos de su puesta en práctica (baja voluntad política, cambios de autoridades, etc.). La respuesta a estos interrogantes y las conjeturales vías posibles de solución son la materia de la ponencia.