Los partenariados público-privados y la creación de valor público
Resumen
Las administraciones públicas ungidas por su enorme poder vinculado a las funciones de soberanía, al monopolio de la violencia y a su capacidad reguladora creyeron en su momento que podían seguir viviendo en solitario. Las instituciones públicas han tenido normalmente a una malsana prepotencia que ha generado culturas autárquicas e incluso, en el peor de los casos, perfiles psicológicos autistas. Este es un camino inviable con el que no se puede hacer frente a los retos de las propias administraciones públicas, por ejemplo: regular con eficacia un sector privado cada vez más complejo y prestar servicios públicos de calidad con unas tendencias de crecimiento exponencial tanto en su diversidad como en su profundidad (por ejemplo la universalización de los servicios sociales). Actualmente ni las más grandes instituciones públicas, las administraciones centrales de los países desarrollados, tienen capacidad por sí mismas para afrontar los retos de un mundo globalizado. Ni sus millones de empleados públicos, ni sus apabullantes recursos, ni su poder legal les confieren el privilegio de poder actuar en soledad. Son leviatanes con pies de barro que generan complacientes sonrisas a las grandes organizaciones multinacionales privadas. Ante esta situación en peor posición están las administraciones subestatales con reducidas capacidades. Por otro lado, se ha producido otra transformación significativa que ha consistido en fusionar mundos, antes separados en galaxias, que operan por medio de constelaciones muy diversas y con arquitecturas variables. Ya no se puede hablar del mundo de las instituciones públicas, ni del mundo de las empresas privadas, ni el mundo de las organizaciones del tercer sector, ni del mundo de la ciudadanía. Son mundos que no existen y que ya sólo están presentes en viejas cartografías euclidianas. Ahora el universo está dominado por constelaciones que agrupan al sector público, al sector privado, al tercer sector, a los ciudadanos tanto individuales como agrupados. Vemos con asombro como distintos planetas se juntan y se separan en una lógica promiscua donde aparecen partenariados muy diversos: partenariados entre administraciones y empresas privadas, partenariados entre administraciones y tercer sector, entre administraciones y colectivos de ciudadanos, entres empresas y tercer sector, entre empresas y tercer sector con ciudadanos, etc. Estas combinaciones tienden al infinito.