El centro de gobierno: lecciones de la experiencia chilena
Abstract
El logro de adecuados niveles de gobernabilidad en un país no es sólo responsabilidad del Gobierno; es claramente una tarea compartida entre los representantes de los diversos poderes del estado (Ejecutivo, Parlamento y Poder Judicial), el sector productivo privado y la sociedad civil. En esta articulación, los gobiernos cumplen un rol esencial, al ser los llamados a dirigir por mandato popular los destinos del país y en esta tarea, generar las condiciones para que cada actor pueda desenvolverse y de conjunto alcanzar los mayores niveles de desarrollo posibles. En los gobiernos, la principal responsabilidad recae en la forma cómo funciona la Presidencia o el "centro de gobierno" en el lenguaje de la OECD. Se podría afirmar que cuanto mejor sea una presidencia o un centro de gobierno, mayores son las posibilidades de éxito que un gobierno puede tener y, de esta forma, mejores son las posibilidades de desarrollo de un país. Las lecciones aprendidas durante los cuatro gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia con los Presidentes Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, confirman esta hipótesis general, lo que ha sido reafirmado con el notable apoyo popular con el cual han terminado sus mandatos. Estos aprendizajes tienen que ver con haber sido capaces de poner en funcionamiento el conjunto de funciones básicas que según la OECD debe cumplir un centro de gobierno. Lo descrito en este artículo demuestra que de una u otra forma cada función ha sido desarrollada, diseñándose en ciertos casos sistemas de dirección y gestión inéditos. Al mismo tiempo es necesario rescatar la adecuada articulación obtenida entre la presidencia y los diversos ministerios que forman parte del centro de gobierno, tanto en las tareas que deben enfrentar en conjunto, como en las que son de responsabilidad individual pero que son relevantes para el éxito de la tarea conjunta. Es decir, no basta con que cada una de las instancias funcione adecuadamente sino que es necesario que la articulación entre ellas genere un valor agregado para el centro de gobierno y, por ende, para el conjunto del gobierno. La realización de las diversas funciones y la operación de las instancias participantes en el centro de gobierno han requerido de la creación de instrumentos específicos para apoyar las tareas directivas. La mayoría de estos instrumentos se caracterizan por su simpleza y facilidad de uso. Si bien la producción de los mismos se apoya en las modernas tecnologías de información disponibles, no se ha caído en el uso sofisticado de programas de manejo de información, que muchas veces dificultan más que ayudan a la adecuada toma de decisiones.