Renovación y actualización de la doctrina de la Contraloría General de la República (Venezuela)
Resumen
La doctrina clásica de la función contralora, enfrentada a nuevas realidades y exigencias, tiene que asumir perspectivas distintas. En especial debe poner el acento en la función democrática del ejercicio de control sobre la administración pública. Ahora bien, tal control tiene que establecer los grados de eficiencia, eficacia y productividad de la gestión; el cumplimiento efectivo de metas; el resultado, en suma, como nueva doctrina. Sólo en esa perspectiva tiene sentido tanto una reconceptualización de la corrupción (que incluye el dispendio, el desorden, la indisciplina, la mala gestión) como de la relación Contraloría-Gobierno (más preventiva y correctiva). Desde tal concepción hemos realizado el correspondiente diagnóstico del Estado y de la Administración Pública en Venezuela. La conclusión ha sido clara y reiterada: el Estado debe refundarse y también la Administración Pública para que ambos, así como el funcionario público mismo se reconquisten en su sentido de servicio al interés público. Tal postulado deriva de una concepción novedosa: las actuaciones de la Contraloría son el instrumento del ciudadano mediante el cual éste ejerce su derecho a una administración eficiente y a un Estado institucionalizado. De allí que nuestra doctrina puesta al día implica cuatro batallas: por la refundación e institucionalización del Estado y de la Administración Pública, por la cultura social de la honestidad, por el control como instrumento del buen gobernar y por la relegitimación de la democracia mediante la lucha contra la corrupción y la impunidad.