Reforma del Estado venezolano y educación
Resumen
El modelo político de Venezuela, con la ascensión al poder del Presidente Hugo Chávez en diciembre de 1998, se identifica, de acuerdo con la nueva historiografía, como la V República. Respaldada por las nuevas coordenadas que le brinda la novísima y refrendaria Constitución de la República, adjetivada como Bolivariana, por su inspiración en el pensamiento y la obra del Simón Bolívar, Venezuela define su nuevo proyecto de una sociedad inclusiva y de equidad, de una nueva ciudadanía participativa y de una educación integral para formar al nuevo republicano. Una decisión tomada de manera autónoma y sin las ataduras que históricamente habían secuestrado su vida republicana; no seguirá siendo más planeada desde las oficinas del B.M., ni del F.M.I., tampoco desde Washington. El modelo político bolivariano da sentido a una nueva educación y ésta da significado a la política nacional. La educación visibiliza la carga ideológica que antes ocultaba el modelo neoliberal. El perfil de este modelo se identifica por siete rasgos sobresalientes que marcan sus huellas identitarias: 1. Desarrollar una democracia verdaderamente democrática, protagónica, pluriétnica y pluricultural en alianza consciente y deliberada con los sectores excluidos y segregados. 2. Fortalecer el papel del Estado nacional. 3. De promover un modelo de desarrollo endógeno sustentable. 4. Formar integralmente al nuevo ciudadano republicano. 5. Rescatar la soberanía e independencia nacional de las formas de neocolonización y de vasallaje internacional. 6. Asumir un modelo de orden mundial basado en las relaciones multipolares y de respeto al derecho internacional. 7. Finalmente, utilizar el petróleo como el medio de intercambio comercial y de cooperación entre los diferentes países de América Latina y del Caribe. El modelo de Estado rompe con las recetas fondomonetaritas y sus reformas, ya que solo sirvieron para palear momentáneamente situaciones y mantener controlada la enorme presión política de una deuda socialmente impagable. Ahora la propuesta de reforma estructural aborda directamente los desequilibrios heredados que impiden la gobernabilidad democrática y la sustentabilidad política social y económica. La pérdida de eficiencia del régimen anterior y la ilegitimidad de sus actores dieron paso a otra propuesta de consenso, pero no como repartición del poder entre los actores. El modelo de Estado reformado asume el acuerdo como horizontalidad cooperativa, integrativa y solidaria entre las grandes mayorías excluidas del beneficio de la riqueza petrolera, el Estado nacional que garantiza redistribución justa y los sectores económicos con conciencia crítica y amor al país que tendrán un papel fundamental. El modelo bolivariano nunca será aceptado por sus adversarios y enemigos, porque las razones ideológicas lo impedirán. Desde este peligroso antagonismo se plantea la gobernabilidad política y la sustentabilidad del régimen porque las bases sociales la legitiman y la riqueza petrolera justiciosa y pertinentemente invertida, la consolidará.