La reforma neogerencial: de la nueva gerencia pública a la administración pública postmoderna
Resumo
Hasta finales de la década de los años setenta del siglo XX se considera aceptable el paradigma tradicional sobre Administración pública, basado en unas instancias de gobierno que deciden y unas Administraciones que ejecutan, ofreciendo cada vez mayor número de prestaciones de acuerdo con los principios y las ideas propios del Estado del bienestar. Sin embargo desde comienzos de la década de los años ochenta la situación empieza a parecer insostenible. El continuo aumento de las demandas sociales (sanidad, desempleo, educación, medio ambiente), el deseo de atender a toda la población, y el aumento del volumen orgánico de las Administraciones hacen que se llegue a unas cifras de gasto público prácticamente insoportables. Ante ello se produce una reacción en todos los países occidentales, y desde luego en Iberoamérica y en España, en virtud de la cual se consideran agotados los resultados de las anteriores ideas sobre Administración, y se mantiene que las responsabilidades sociales (o buena parte de ellas) deben confiarse a la iniciativa privada, y que las Administraciones que subsistan deben actuar siguiendo los métodos y criterios de la iniciativa privada. Se privatizan diversas actividades, sobre todo vendiendo empresas públicas al sector privado, se suprimen controles económicos, y se externalizan servicios incluso a veces los más vinculados a actividades de soberanía. Se entiende que la actuación pública debe regirse en lo posible por el mercado y se considera a los nacionales de cada Estado como clientes. Triunfa así el neoliberalismo económico y surge el llamado New Public Management (Nueva Gerencia Pública). Pero al cabo de dos décadas, si bien hay que reconocer logros al movimiento sobre todo en cuanto al saneamiento económico-financiero y la mayor responsabilidad de los agentes públicos (amen de haber descubierto los defectos en la ejecución de las políticas públicas), se advierten ahora sus peores resultados ya que los Estados y otras instancias oficiales se desentienden de necesidades públicas con grave perjuicio de las capas sociales más débiles económicamente. Por ello ha tenido lugar una reacción, tanto en Iberoamérica como en Europa, que se basa sobre todo en la participación democrática de los ciudadanos y los grupos, y a su estudio y descripción se dedica la Ponencia.