Gobernanza y nuevos liderazgos públicos: la formación en el contexto de la cooperación internacional para el desarrollo
Resumen
El desafío para quienes detentan, o pretenden detentar, cargos de responsabilidad en el Estado y la Administración consiste en establecer un ejercicio adaptativo de su autoridad (formal e informal) en el que, ineludiblemente, se ha de seguir un doble proceso de aprendizaje respecto a la gobernanza y el rol político que el Estado desempeña en la misma. En la medida en que los funcionarios públicos y dirigentes políticos son los principales responsables de la acción pública y en particular, de las políticas dirigidas a promover el desarrollo humano y de lucha contra la pobreza, resulta evidente que los estrategias y programas de cooperación internacional no pueden concebirse de forma aislada a la promoción del liderazgo público, sino por el contrario, han de tener un carácter complementario e incluso transversal. La promoción del liderazgo público es, en definitiva, uno de los principales factores para poder garantizar la efectividad de las políticas de cooperación, ya que ésta permite potenciar los aspectos informales que facilitan la adaptación, apropiación, impulso y concreción de las acciones dirigidas a la promoción del desarrollo humano sostenible. Uno de los principales interrogantes que surgen tan pronto se asume la importancia del liderazgo público es el de cómo promoverlo. Si bien podrían existir múltiples alternativas, la formación y el acompañamiento son probablemente las estrategias que garantizan su adecuada concreción en programas y acciones de cooperación internacional. En el caso especifico de la formación, se trata de impulsar procesos cognitivos que pueden tener lugar en distintos espacios educativos (formal y no formal, profesional, ocupacional, permanente, empoderamiento, etc.) y que acontecen entre los diferentes actores que participan en la acción pública y en especial, en aquellos que detentan responsabilidades públicas y políticas. El acompañamiento puede concretarse por su parte en el apoyo a dos tipos de procesos. Diálogo y concertación de políticas públicas entre gobiernos, organizaciones empresariales, sindicales y organizaciones de la economía social para el diseño y puesta en marcha de reformas políticas, económicas o sociales sustantivas encaminadas al fortalecimiento de la cohesión social y la reducción de la pobreza. Por otra parte, el apoyo los procesos de diálogo y concertación de políticas y agendas nacionales o regionales de desarrollo entre los partidos políticos.