Ciudad Autónoma de Buenos Aires: gobierno urbano, democracia y participación

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Data
2008-11Autor
Pírez, Pedro Tomás
Labanca, Juan Facundo
Socoloff, Ivana
Najles, Julián
Metadata
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La ciudad de Buenos Aires, que era gobernada por una municipalidad dependiente del Gobierno Federal (GF) obtuvo su autonomía con la reforma constitucional de 1994 que consolidó con un sistema de gobierno local representativo, con instituciones de participación, a partir de la definición de valores democráticos. Pese a esa autonomía, el GF mantuvo una presencia importante en la gestión de la ciudad: retuvo seguridad y justicia y las infraestructuras y servicios urbanos, de alcance metropolitano, quedaron en su órbita. En ese marco de autonomía limitada y fuerte presencia federal, la ciudad debió gestionar su realidad de ciudad central de un área metropolitana de cerca de doce millones de habitantes. Se presenta brevemente las condiciones de la ciudad, se describe su gobierno autónomo y se analizan tres procesos que son parte de su democratización: las elecciones locales, la descentralización y la participación ciudadana institucional. Se concluye que la ciudad voto de manera diferente que el resto del país y que, luego de la crisis de 2001-2002, se fragmentó la oferta partidaria y se dispersó el voto. Al mismo tiempo, la problemática urbano local no fue un tema importante en la discusión política ni en la disputa electoral. Ello estaría asociado al papel que había tenido el GF. Tanto la descentralización como la participación fueron institucionalizadas desde la Constitución de la ciudad (1996). La primera no llego a consolidarse legal y políticamente, y la participación si bien se ha desarrollado en múltiples experiencias, lo ha hecho con limitada movilización de la sociedad. Ambas instituciones fueron establecidas "desde arriba" y no lograron satisfacer las expectativas de su creación. La ponencia vincula esos procesos de democratización y sus limitaciones con la ausencia de un proyecto de ciudad de parte de los actores políticos y de la sociedad civil y con estilos de gestión que tienden a subordinar las instituciones a la acumulación política. También a que gran parte de la población se mantuviera relativamente ausente de los problemas urbanos locales, habiendo delegado a los partidos políticos el tratamiento de esas cuestiones, como anteriormente lo había hecho con el GF. Tres parecen ser las características de esta inacabada experiencia de democratización: institucionalizaciones "desde arriba", dificultades para su ejercicio por parte de la población, particularmente la de menores recursos, propuestas acabadas o finales que no permitieron un proceso de maduración social sobre los nuevos instrumentos.