La Carta Iberoamericana y la confrontación entre paradigmas de gobierno electrónico
Abstract
Ponencia que tiene por objetivo resaltar el potencial de la Carta Iberoamericana de Gobierno Electrónico (CIGE) para catalizar un proceso de confrontación entre paradigmas coexistentes sobre Gobierno Electrónico, así como la transición entre un paradigma decadente y un paradigma emergente. Trata los siguientes temas: la CIGE y la tensión entre paradigmas de Gobierno Electrónico, el paradigma tradicional y su problemática, la CIGE y el paradigma emergente, el Programa de Formación en Civismo Digital. Señala que la CIGE, con una perspectiva centrada en el ciudadano y su derecho a relacionarse digitalmente con las administraciones públicas, contiene un conjunto de conceptos, valores, principios y orientaciones útiles para constituir a las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en herramientas coadyuvantes de una auténtica mejora de la gestión pública en los países de Iberoamérica. En la faz operacional presenta al Programa de Formación en Civismo Digital como una vía para concretar, a través de la acción sistemática y solidaria de los propios destinatarios, los conceptos, valores, principios y orientaciones de la CIGE. En el plano conceptual, la perspectiva del Civismo Digital implica críticos cuestionamientos a enunciados y prácticas que aún se asocian "naturalmente" a la gestión del Gobierno Electrónico, proponiendo concepciones, procesos y prácticas alternativos. En el plano formativo, el proceso de Formación en Civismo Digital se desarrolla a través de dos grandes ejes: a) formación de integrantes del sector público (InCiDir), y b) formación de actores de la sociedad (ForCiDir). En el corto plazo, se trata de reunir una "masa crítica" de destinatarios que usen asiduamente las prestaciones de Gobierno Electrónico disponibles, que reclamen por las que no les resultan útiles y que exijan las que necesiten y no estén disponibles. Señala la posibilidad de que la formación en Civismo Digital contribuya a transformar la topología del poder sobre el Gobierno Electrónico, a través de una gobernanza horizontal, abierta y diversa, constituida socialmente mediante una estrategia solidaria, destacando que la concreción de dicho potencial resulta facilitada por la evidencia de que las TIC abren nuevas oportunidades para tejer lazos sociales y plasmar capital social. Concluye señalando la prioridad de que el Gobierno Electrónico se difunda para servir a todos los sectores de la sociedad, particularmente a los más postergados. Si permanece divorciado de los grandes sectores de la población, no contribuirá a transformar las pautas vinculares internas y externas de las administraciones públicas, sino que, por el contrario, continuará amoldándose -a través de vicios como el cinismo y el divismo digital- a la entrópica y distópica trayectoria de las mismas.