Más reformas (retrocesos) de la seguridad social en México
Abstract
Dos han sido los factores principales para la comprensión de la crisis de la seguridad social en México. Por una parte la mayor esperanza de vida de los ciudadanos y el decreciente número de trabajadores jóvenes. El primero a aumentado de manera considerable en las últimas décadas al mismo tiempo que el segundo a sido cada vez menor. Si bien no son los únicos factores, sí son los principales que se desarrollan en un contexto también diferente. Recordemos que a las principales instituciones de seguridad social en México (IMSS, ISSSTE), no solo están en números rojos, sino que carecen de la capacidad de gestión y del respaldo jurídico para cobrar a las miles de empresas y al gobierno que adeudan a estas instituciones, respectivamente. Ante tal situación, México ha enfocado el sentido de la seguridad social a los planteados por el Banco Mundial, de ahí que surgen las llamadas Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores), las cuales contemplan un sistema de capitalización individual, que rompe con el sentido intergeneracional con el que operaban las pensiones hasta la reforma del 97. Evidentemente quien ha salido beneficiado por este cambio ha sido la banca comercial, la cual a elevado sus rendimientos de manera trascendente. La idea de la capitalización individual en México, no ha solucionada problemas que la seguridad social prioriza, como son la cobertura, pensiones justas, empresas cotizantes etc., más bien, parece que las reformas se han orientado a un mero indicador macroeconómico que manifieste una estabilidad institucional que no existe. Dichas reformas no contienen el carácter social e intergeneracional que exige la seguridad social. Los resultados de esto ya están manifestándose y seguirán las consecuencias. Es claro que los únicos beneficiados serán los sectores privados que se incorporen a la seguridad social, mientras que las bases sociales son cada vez más vulnerables. Por lo tanto hay que propiciar una reflexión amplia sobre el pasado, el presente y el futuro de la seguridad social, teniendo como perspectiva los constantes cambios en la sociedad y sus dimensiones demográficas, laborales, económicas y políticas que permitan encontrar soluciones con un profundo sentido político-social y de sustentabilidad que permita el aseguramiento del sentido auténtico de la seguridad social.