La corrupción como problema, la calidad de la democracia como respuesta
Resumo
En esta ponencia, tras contrastar la diferente percepción que de la corrupción tiene el autor y la mayoría de la sociedad española, se intenta clarificar el concepto de corrupción y su uso político. Para ello, utilizando parcialmente la Teoría del Discurso, se sitúa tal concepto en cuatro distintos discursos. La Teoría del Discurso establece que en la actividad política las prácticas y proyectos adquieren sentido en el marco de unos sistemas de significado que de forma compleja articulan elementos dispersos y les dan sentido. Aisladamente pueden significar cosas muy diferentes, de ahí que si se quiere convertirlos en mensajes es preciso situarlos en el marco de unos sistemas de significado complejos que son los discursos. Estos discursos son aquí denominados "discursos de integridad", pues en ellos los conceptos clave son ética, Estado, democracia y corrupción. Los cuatro discursos que se detallan en el texto son el libertario, el liberal-utilitario, el comunitarista y el deliberativo. Para cada uno de ellos se ofrece una explicación de sus contenidos esenciales, basándose en los textos de sus autores más emblemáticos. Así, el discurso libertario es expuesto a partir de las obras de Hayek, Niskanen y Nozik, y en él, además de su concepto de corrupción, se detalla su visión del Estado mínimo y su modelo de democracia, modelo en el que se observan opiniones fuertemente reticentes de su capacidad agregativa y representativa. En cuanto al discurso liberal utilitario, los autores elegidos son Bentham y Harsanyi, siguiéndose un camino idéntico al anterior: análisis de su teoría ética, de su concepto de corrupción, de su concepto de Estado, y de su visión de la democracia. En este supuesto, la democracia no contiene una visión tan crítica de los representantes, aunque encuentra dificultades para combinar la dimensión agregativa y representativa. Los autores elegidos para el discurso comunitario son Taylor, Sandel y McIntyre, y para la democracia multicultural, dentro del comunitarismo, a Will Kymlicka. En este discurso, subyace un cierto relativismo que, aplicado a la corrupción, impide definiciones universales y reclama la consideración de la corrupción dentro de cada cultura. Y, para terminar, se ha elegido para el discurso deliberativo a Rawls, Habermas y Pettit, éste último dentro de la tradición republicana. También se hace un análisis del modelo de corrupción para los deliberativos, que es bastante más amplio que el concepto libertario, y una descripción breve de su modelo de Estado de bienestar y de la democracia discursiva. Posteriormente, se procede a analizar el fenómeno de la corrupción y sus correlaciones con distintas variables, especialmente la desigualdad y la debilidad de las instituciones. Se concluye intentando demostrar que el discurso deliberativo es el que mejor capta lo complejo del fenómeno de la corrupción y que es del que mejores instrumentos de prevención y lucha pueden surgir contra tan extendido fenómeno.